Ya no viajo más…lo conozco todo

Por Hatter @LaSombrereria

Los Comentarios del Sr. Smith

Ya no viajo más, lo conozco todo. Mejor dicho todo es igual, o lo que es lo mismo, no lo conozco, pero me lo supongo, y seguro que acierto. ¿Apostamos?
Son muchos años, ya no me dan gato por liebre.
“Venga usted, visite nuestra ciudad… le encantará. Tenemos la mejor oferta, disfrutará en sus calles, es un ambiente muy especial”.
¡¡Mentira!!, todo mentira, y todo igual. Da lo mismo, donde vayas, norte o sur, París o Londres, Burgos o Sevilla, todo igual. Y el que no es igual, lo será, en breve, seguro.
Decidí salir de mi cómoda sombrerera y hacer un poco de turismo, visitar ciudades, conocer costumbres. Cada lugar con su encanto, con sus peculiaridades, con sus monumentos, con su comercio…¡¡IGUAL!!, todo igual.
He encontrado ciudades iguales, con comercios iguales, con escaparates iguales, con decoraciones iguales, incluso con farolas iguales. Réplicas, dúplicas y tríplicas, si es que se dice así, de un modelo. Mismas tiendas con las mismas ofertas, cuanto más grande la ciudad, más replicas, modelos clonados de negocios que hacen a las ciudades espejos impersonales, que devuelven al visitante un reflejo anodino, lejos del sentimiento y la sorpresa, igual, todo igual.
Cruzar una calle, doblar una esquina y encontrar el mismo negocio, más grande o pequeño, pero igual al de otra ciudad, un aburrimiento.
¿Dónde está el comercio diferente?, el que hacía los sitios especiales.. Ir a comprar libros a Barcelona, dulces a Zaragoza o antigüedades a Madrid. Cada ciudad tenía su encanto, su comercio, peculiar y diferente. Ahora igual, todo igual.
Las mismas marcas, las mismas franquicias, los mismos carteles, las mismas ciudades.
Centros abarrotados de comercios, que no dejan pasar la oportunidad de instalarse en ese rincón vacío, aunque solamente sea para ocupar el lugar antes que su competencia. Y como está fulanito, yo también, y yo, y yo que está… Una invasión silenciosa e implacable que arrolla sin detenerse al pequeño, al que hace que un barrio, una ciudad, sea diferente, sea especial, y por supuesto digna de visitarse.
Lo dicho, no viajo más, o al menos hasta que las ciudades vuelvan a ser peculiares, diferentes, llenas de pequeños comercios, atractivos, con encanto y no réplicas de un mismo modelo de negocio.
He dicho…

* Las opiniones expresadas en esta sección son las del Sr. Smith  y no necesariamente reflejan las opiniones del autor del blog. La Sombrerería no se hace responsable de los comentarios del Sr. Smith, ni de las acciones legales que de ellas pudieran derivar.