Según recientes estudios de la Commission International of Protection Radiation, CIPR, una de las razones por las que las personas padecen más cáncer, es por la exposición indirecta a la radiación que despiden éstas, “dando origen a los efectos estocásticos”.
Refiere el organismo foráneo, que las personas que habitan en las cercanías a dichas instalaciones “reciben una elevada aberración cromosómica”, la cual empieza a notarse en el cuerpo después de cinco a seis años.
Igualmente revela el CIRP, que las radiaciones que reciben los residentes que viven a cierta distancia de las antenas telefónicas “les causan ionizaciones en las moléculas que componen las células, separando los electrones de los átomos de éstas.
Asimismo, la entidad de protección al ciudadano informó que las radiaciones pueden ocasionar, además, daño tisular en el organismo humano, “actuando directamente sobre las bases púricas y pirimidínicas” .
Entienden los miembros de la Commission International of Protection Radiaction, CIPR,que la contínua exposición de las personas a las emanaciones de las instalaciones en cuestión, producen daños cancerígenos, empero en las mujeres embarazadas surten efectos teratogénicos, afectando al feto durante la gestación.