inflación. Los servicios son considerados bienes de lujo, al igual que el transporte público, mientras las Pymes cierran diariamente y aumenta el ejército de desocupados y pobres. El derecho a la salud también ha sido avasallado por las políticas económicas instrumentadas por el gobierno de Macri mediante la quita de medicamentos a jubilados y de pensiones por discapacidad. Y en este contexto el presidente argentino aún tiene la desfachatez de mencionar a Venezuela como el ejemplo de país en donde no se respetan los Derechos Humanos.
A estas alturas, y observando las consecuencias de un modelo que encaja únicamente mediante el uso de la fuerza, la represión y la violencia mediática -represión a través de las cual Macri pudo instaurar el modelo neoliberal- podemos asegurar que las imágenes de la Argentina Amarilla no se corresponden con países libres y democráticos. La persecución y estigmatización de opositores, por no mencionar las operaciones mediáticas y judiciales de las que éstos son objeto, son una práctica constante desde que Macri está en el poder.
Pero claro, siempre habrá gente que repite que quiere al Felino Macri porque no quiere llegar a ser Venezuela. Hazañas de Durán Barba y la estupidez siempre presente en un pueblo que cada vez ejerce menos su poder de pensamiento crítico.