Se trata de una Honda Giorno de 50cc. La compré de segunda mano en una tienda de Tsukuba por unos ¥50,000. La moto tiene algunos arañazos en la carcasa pero por lo demás parece en buen estado. Según el tipo que me la vendió el modelo es de 1997 pero el motor tira bien porque la anterior propietaria no le metía mucha caña. La he estado probando estos días y llega casi hasta 60 km/h sin problema, aunque se supone que en Japón sólo puedo conducir con ella a 30 km/h como máximo.
Su diseño clásico me encanta, las formas curvas, el culo grande, el faro redondo, el velocímetro de aspecto retro. Este modelo de Honda está claramente inspirado en la Vespa italiana, aunque lleva materiales más ligeros.
Es un tipo de moto bastante diferente del que solía conducir hace un par de años, una Honda Wave de 125cc con marchas y con cuerpo más delgado y ruedas de mayor diámetro.
Pensaba que iba a llevarme algo de tiempo acostumbrarme a la Honda Giorno pero con mi experiencia ha sido coser y cantar. Y es que yo, amigos, aprendí a conducir nada menos que en Vietnam, el país de las motos.
Antes de eso no me había subido a una moto en mi vida. No llevaba una semana que había empezado a trabajar en Saigón cuando apareció un tipo por la oficina y nos dijo a mi y mis compañeros que en esa ciudad sin moto no íbamos a ninguna parte, pero que él nos alquilaba una a buen precio. Dicen que allá donde fueres haz lo que vieres, así que no me quedó otra que aprender a conducir en Vietnam. Conducir una moto no tienen ningún misterio pero ahí donde lo veis, el país tiene uno de los mayores parques de motocicletas del mundo: se calcula que unos 22 millones de motos, y eso quieras que no complica el asunto. Ho Chi Minh City, con más de 4 millones, tiene un tráfico tremendamente caótico. Os dejo de muestra un vídeo que grabó mi amigo Peque cuando vino a visitarme.
Pero bueno, esto era un día normal al salir del trabajo, imaginaros por un momento conducir con un aguacero de esos que caen en temporada de lluvias, cuando el agua de las calles te llega por encima de los tobillos y las ratas salen de las alcantarillas para no morir ahogadas. A eso le llamo yo conducir en condiciones extremas.
Claro que después de aquello me veo capaz de conducir en cualquier lado. Sobreviví y salí de allí con la lección bien aprendida. La escuela de la calle de Saigón me enseñó el auténtico y genuino estilo de conducción de moto basado en desafiar cualquier lógica. A continuación paso a enumerar el decálogo de normas de tráfico que aplican en Vietnam:
1. Respetar el número máximo permitido de pasajeros.
2. Respetar las medidas estándar de peso, volumen y fragilidad para el transporte de mercancías.
3. Respetar las normas básicas de circulación, circular siempre por el carril adecuado cediendo el paso a los vehículos más grandes y evitar conducir en sentido contrario a la vía.
4. Respetar la normativa de estacionamiento, aparcar únicamente en los lugares indicados al efecto y bajo ninguna circunstancia obstaculizar las vías públicas.
5. Repostar únicamente en gasolineras y estaciones de servicio reglamentarias.
6. Utilizar la motocicleta con el único fin de servir como medio de transporte.
7. Circular siempre con la protección adecuada, el uso del casco es obligatorio.
8. En caso de que el vehículo necesite reparación, acudir a un taller oficial.
9. Adquirir recambios originales en los establecimientos homologados.
10. Certificar cualquier modificación estética o de rendimiento que se realice al vehículo.
En fin, que yo en Vietnam aprendí a conducir como un vietnamita más y nadie entiende de motos como esa gente, así que espero no tener ningún problema si intento aplicar el mismo código en Japón, al fin y al cabo sólo estamos comparando uno de los países más laxos en cuanto a normas de tráfico con uno de los más estrictos.
Nos vemos en las calles.