Ya vamos viendo

Publicado el 09 octubre 2020 por Monpalentina @FFroi

Leo entre sorprendido e incrédulo la primera ley que arranca en Galicia para frenar la despoblación. Y no es porque reniegue de los experimentos, es porque da la impresión de que todas las comunidades andan en competición para encontrar la fórmula que frene al menos esta desescalada que no tiene fin. Pues resulta que, para que vuelvan los 20.000 emigrantes gallegos a sus pueblos, el pasado año, Feijoo ya se sumó al carro de los alcaldes de tantos lugares españoles que ofrecen casa o incentivos a quienes vengan a poblarlos.

Es curioso que todos piensen en mejorar los servicios para que venga gente, porque saben que están mal, y deban recurrir a una ley o a una nueva entidad que lo regule. Quiero decir que, confunde que no se haga esto por norma, porque hay que mejorar los pueblos, sobre todo, para quienes viven en ellos. Es evidente que nadie se va por fastidiar a nadie, ni al censo, ni a los amigos y familiares que se quedan aquí. Y lo que nadie ha conseguido sin acudir a recetas y bonificaciones a quienes se atrevieran a volver a los pueblos, lo va a traer la pandemia. "El éxodo inmobiliario que viene tras el virus: de la ciudad al campo", titula El País. Y no solo en España. Leo en un diario esta mañana: "Los italianos sueñan con volver a los pueblos". Ciertamente, esto no evitará la muerte de muchos pueblos, pero sería un respiro para los más preparados, las cabeceras de comarca, o aquellos lugares con algunos servicios indispensables. Sean conjeturas o verdades, lo cierto es que lo vemos escrito por primera vez, porque creo que desde que tuve uso de razón hasta estos días, siempre fue al contrario.


Este mes de agosto he visto un movimiento inusitado en Cervera, la gente preguntando por terrenos más arriba, comprando incluso su parcela para instalar en ella una casa prefabricada. En fin, ya veremos si pasado el mal trago, una vez descontaminados si llega la vacuna, ya veremos a ver si donde dije digo se mantiene y hay un cambio que genere expectativas nuevas a un mundo que estaba agonizando.

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