Yakarta, la belleza está en el interior

Por Alberto @k_lero82

Es imposible no hacer comparaciones, y aterrizar en Yakarta desde Singapur da para unas cuantas de ellas. La ciudad a simple vista no tiene ningún atractivo: es un amasijo gris de bloques de cemento sin sentido, caos circulatorio, polución y 8 millones y medio de almas. Las aceras apenas existen, cruzar una calle es jugarse la vida (no suele haber semáforos y cuando los hay no se respetan) y las obras, suciedad e insalubridad se turnan para aparecer a la vista a cada paso que das. Urbanísticamente parece el ejemplo a evitar.

Con esa apasionante descripción que os hago arriba empezamos nuestra andadura en Indonesia. Y viendo lo visto, queríamos hacer nuestra estancia en Yakarta lo más breve posible. Nuestra intención era pasar una noche y al día siguiente salir en tren hacia Yogyakarta, en la mitad de la isla de Java, ciudad que según todo el mundo tiene mucho más atractivo turístico.

Por si no lo he comentado, Indonesia es el 4º país más poblado del mundo (por detrás de China, India y EEUU), con 250 millones de personas. Bien, pues de las más de 17.000 islas que componen el país, la isla de Java es la más poblada, con 124 millones de humanos (lo que la convierte a su vez en la isla más poblada del mundo). Para hacernos una idea de la densidad de población, la superficie de la isla de Java es una cuarta parte de la superficie de España. Eso es mucha gente, ¿verdad?

Bueno, todo este batiburrillo de estadísticas y datos -que me encantan, no lo negaré- sirven como justificación (o al menos eso creo yo) de por qué, cuando fuimos a la estación de trenes a comprar billetes para el día siguiente a Yogyakarta, nos dijeron que durante los próximos 5 días estaban TODOS agotados, no había un sólo pasaje disponible en tren. Así pues, nuestras opciones de salir de Yakarta se limitaban a coger un avión (más caro) o acercarnos a una estación de autobús, a unos kilómetros en las afueras, para intentar comprar un billete en uno de los buses que te llevan a Yogyakarta en 12 horas; pero para ello tendríamos que esperar a la mañana siguiente, porque ya era tarde y estaba cerrado. Finalmente, viendo que los billetes de avión se encarecían a velocidad pasmosa y que no sabíamos si también los buses estarían agotados, desistimos de la isla de Java y compramos un billete de avión para Bali dos días después por 50 € cada uno (los del día siguiente rondaban los 120 €).

La única explicación razonable que encontramos a la escasez de billetes es la superpoblación de Yakarta y la isla de Java y la poca abundancia de servicios de transporte, pero ¿quién sabe?

Así que, después de todo lo que he contado arriba, disponíamos de otro día más en la capital indonesia.

Y el segundo día, nuestra percepción de Yakarta cambió.

No es que la ciudad embelleciera por arte de magia, que no lo hizo. Pero paseando por la ciudad vimos que la gente era encantadora, no acostumbrada al turista. Todo el mundo por la calle nos saludaba (hello, mister!) y nos sonreía. O te preguntaban de dónde eras. Acercándonos al histórico barrio de Kota la gente más humilde sentada en la puerta de sus casas te pedía que te acercaras o te invitaba a tomar un trago con ellos, los chavales paraban su partido de fútbol para saludarte… Y no era la típica avidez interesada cazaturista que ves en otros sitios, era simple y llana curiosidad. Si el resto de Indonesia iba a ser así, nos iba a encantar!

Como colofón final a la gente en Yakarta, el último día, mientras buscábamos un taxi que nos llevará a Gambir (es un enorme parque del que salían los buses baratos hacia el aeropuerto, además de los trenes) una señora desde dentro de un coche nos hizo señas para que nos acercáramos. Nos preguntó dónde íbamos y, tras dudarlo un instante, se ofreció a acercarnos ella a Gambir. Ya en el coche, cuando le dijimos que nuestro destino final era el aeropuerto, habló por teléfono y nos dijo: -”hay mucho atasco en la carretera así que os llevo yo al aeropuerto”-, y nos llevó hasta allí en su coche con su hija y su sobrino recién graduado del cole! Y el aeropuerto está a una hora de viaje! Por supuesto, nos tuvimos que hacer una foto con ella y su familia, qué señora más maja!

Eso ha sido todo en la capital indonesia, breve pero intenso! Después de esto viene Bali, para el próximo capítulo! Los Datos Prácticos de Yakarta, como el transporte o el alojamiento, los tenéis en otra pestaña de este post, en la parte de arriba.

Nos vemos!

Yakarta, como toda Indonesia, es muy barato. Si entras al país por aquí tendrás que acostumbrarte a las cantidades industriales de rupias que se manejan. Y es que 1 € son algo más de 16000 rupias indonesias, a día de hoy. Y los billetes más grandes que hemos manejado son de 100000 rupias (6€).

Una cosa a tener en cuenta es que se fuma en bares, restaurantes, etc. No hay demasiadas restricciones con el tabaco.

Alojamiento

Alojamiento

Nos alojamos dos noches en el Tune Hotel. No está demasiado bien ubicado, pero es que Yakarta es tan grande que hay pocas cosas bien ubicadas. El hotel estaba estupendo, y más por el precio: 200.000 rupias indonesias por noche (12 €). El problema? Que teníamos reserva para sólo una noche a través de internet, y cuando nos tuvimos que quedar una noche más el precio de la segunda noche pasó a ser de 380.000 IDR (22 €). Increíble pero cierto.

Tune Hotel – Yakarta

Transporte

Transporte

En Yakarta no hay metro, y es una ciudad muy grande. Existe una red de autobuses con carril propio llamada Transjakarta, es una buena forma para moverse y también barata.

También hay algunos trenes urbanos. Necesitas comprar una tarjeta por 5000 IDR (0,30 €) que usarás en todos los desplazamientos y luego pagar por el trayecto aparte. En nuestro caso viajamos 3 estaciones hasta el barrio de Kota y el billete valía 2000 IDR (0,12 €). Muy barato.

Los taxis en la ciudad tampoco son caros, un trayecto de unos 15 minutos puede rondar los 30000 IDR (1,80  €). Lo malo es el tráfico atroz que hay, aunque creo que los taxis se pagan por distancia, no por tiempo.

Para ir y venir del aeropuerto a Yakarta la forma más barata es con los autobuses de la compañía Damri. Te dejan en el parque de Gambir, el billete cuesta 30.000 IDR (1,80 €) y tarda una hora o algo más.