- Lavamos ligeramente los espárragos y cortamos las yemas (unos 8 centímetros, pero no hace falta que coja la regla graduada: serán unos cuatro dedos…) y reservamos el resto del tallo para otras preparaciones.
- Los ponemos a hervir en agua con sal y los clavos de olor y los dejamos, dependiendo del grosor, entre 5 y 8 minutos. Los sacamos, escurrimos y reservamos.
- Preparamos ahora la gelatina siguiendo las instrucciones del fabricante, usando el agua de cocer los espárragos mezclada con el cava a partes iguales.
- Colocamos cuatro espárragos, con la punta hacia abajo, en cada uno de los moldes que vayamos a utilizar (sirven desde flaneras individuales a vasos normales…) y los cubrimos con la gelatina.
- Dejamos los moldes en el frigorífico durante un par de horas, o hasta que veamos que la gelatina ya ha cuajado y servimos.