Camaradas,
El Ejército Rojo ha desatado hoy, 9 de enero de 1942, una contraofensiva a gran escala a través del Lago Seliger que, por la concentración de fuerzas e ímpetu, ha sobrepasado a cualquier cosa a la que se haya enfrentado antes la Wehrmacht. Cuatro ejércitos rusos completos, los Ejércitos 22º y 53º, así como los Ejércitos de Choque 3º y 4º, han cargado de manera independiente a través del lago helado con aproximadamente veinte divisiones y varias docenas de brigadas de tanques y esquiadores.
Las masas soviéticas han caído sobre un sector de 80 kilómetros de anchura débilmente defendido por una sola división alemana, la 123ª División de Infantería de Brandenburgo y su vecina a la derecha, la 253ª División de Infantería, la división más septentrional del Grupo de Ejércitos Centro.
El peso principal del ataque ha golpeado la 123ª División y hecho saltar por los aires en frente de los regimientos brandenburgueses. En vano ha tratado su vecina a la izquierda, la 32ª División de Infantería de Pomerania, acudir en su ayuda con todas las fuerzas de que ha podido prescindir. No ha servido de nada. La 123ª División de Infantería ha sido barrida.
¿Qué es lo que persiguen los rusos? Los dos Ejércitos de Choque no han sido enviados a la batalla simplemente para operar en la estrecha franja de terreno entre los dos lagos: su objetivo estratégico es adentrarse profundamente más allá de los dos Cuerpos alemanes sobre el frente del Lago Ilmen. El ataque del 53º Ejército Soviético, por otro lado, se dirige exclusivamente contra las líneas alemanas entre los dos lagos. Tras haber logrado la penetración, el 53º Ejército deberá girar rápidamente hacia el noroeste para enlazar con unidades del 11º Ejército Soviético procedentes del norte, cercando así a la mayor parte del X Cuerpo de Ejército Alemán y a todo el II Cuerpo.
En el centro de la bolsa que está cobrando forma, sobre las Colinas Valdai que dominan la zona, se alza la pequeña población de Demyansk, hasta hoy desconocida y de poca importancia. Esta pequeña localidad está destinada a convertirse en el lugar de una de las batallas de cerco más importantes estratégicamente hablando – “la Batalla de la Bolsa de Demyansk.”
Durante más de un año –hasta la primavera de 1943- se sucederán fieros y salvajes combates por los bosques vírgenes, los pantanos y los pueblos miserables de las Colinas Valdai, la región donde el Volga, el Dvina y el Dnieper tienen sus nacimientos, las fuentes de agua de la Rusia Europea. Bajo el mando del General Conde Walter von Brockdorff-Ahlefeldt, seis divisiones alemanas de infantería pertenecientes al II Cuerpo resistirán contra una fuerza enemiga enormemente superior, aisladas del principal frente alemán, dependiendo totalmente de sí mismas y la mayor parte del tiempo precariamente abastecidas tan sólo desde el aire. Su resistencia impedirá que los soviéticos irrumpan hacia el sur y el oeste, salvando así al Grupo de Ejércitos Norte de ser aniquilado.
¿Cuál es entonces la tarea de los otros tres Ejércitos Soviéticos que, del mismo modo, han pasado por encima de los desvencijados restos de la 123ª División de Infantería sobre el Lago Seliger? ¿Cuál es su objetivo estratégico? ¿Cuál es el propósito que persigue el Alto Mando Soviético con esta ofensiva? El objetivo de la operación es audaz y de gran alcance. Los Ejércitos de Choque 3º y 4 y el 22º Ejército pretenden adentrarse en la retaguardia del frente alemán y provocar el colapso de todo el Grupo de Ejércitos Centro. La ofensiva, en consecuencia, ha sido concebida como la consumación estratégica de la batalla de invierno soviética.
El hombre designado para llevar a cabo este grandioso proyecto es el Coronel General Andrey Ivanovich Yeremenko, Comandante en Jefe del 4º Ejército de Choque. Se trata del mismo hombre que Stalin ha empleado repetidas veces en puntos cruciales del Frente Central durante la ofensiva alemana de verano como un atrevido improvisador y salvador de situaciones críticas. Ahora Yeremenko tiene la oportunidad de desquitarse por sus derrotas.
Su tarea no es otra que penetrar a través del punto más sensible del Frente Este Alemán – la juntura entre el Grupo de Ejércitos Centro y el Grupo de Ejércitos Norte-, separar a los dos Grupos de Ejércitos y destruir el Frente Central Alemán, que ya se está tambaleando bajo los martillazos soviéticos. El área de Vitebsk, a 280 kilómetros de distancia del punto de partida de Yeremenko sobre el Lago Seliger, es el objetivo estratégico.
El plan del Alto Mando Soviético ha brotado de la confiada creencia que tiene Stalin en que las anteriores batallas de invierno al sur y norte de Moscú han vapuleado de tal manera a los Ejércitos Alemanas que tan sólo hace falta ya un último golpe de gracia.
La ofensiva de Yeremenko se ha desatado hoy finalmente. “Atacar”, ha escrito el General Yeremenko, “era una palabra ordinaria, cotidiana para nuestros soldados en otros tiempos. Sin embargo, ahora, adquiere un tono solemne. Esa palabra contiene nuestra esperanza en aplastar al enemigo, en liberar a nuestra tierra nativa, en rescatar a nuestros cercanos y queridos y a todos nuestros compatriotas que han caído bajo la servidumbre fascista; contienen nuestras esperanzas de venganza contra un pérfido enemigo y nuestro sueño de una vida y trabajo en paz.” En tono rimbombante, Yeremenko concluye: "Y cada soldado, desde el conductor de la columna de suministros hasta el hombre de la unidad de asalto, piensa en el ataque como lo más maravilloso e importante de esta vida."
Así es cómo "lo más maravilloso e importante" en lo que, de acuerdo con Yeremenko, cada hombre del Ejército Rojo sueña, parece en la realidad. Dos horas de bombardeo artillero, ataque de infantería con dos divisiones a través de una capa de nieve que llega hasta el pecho hasta la población de Peno; carga sobre el hielo directamente hacia el fuego de ametralladora del frente alemán. ¡La ofensiva ha comenzado!
Tod dem Bolschewismus!Es lebe Deutschland!