Jon Anderson (voz), Chris Squire (bajo), Steve Howe (guitarra), Rick Wakeman (teclados) y Bill Bruford (batería) son cinco músicos de lo mejor que ha dado el rock; lamentablemente, sólo permanecieron juntos en dos álbumes de estudio: “Fragile” (1971), del que nos hemos ocupado anteriormente a través del tema “Mood for a Day“, y “Close to the Edge“; para mi gusto son sus dos mejores trabajos, aunque casi todos sus discos de la década de los setenta son de una gran calidad. Es verdad que, en 1991, se volvieron a unir en un proyecto conocido como “Union”, en el que también participaron otros antiguos miembros de esta formación, pero la verdad es que esto se producía casi veinte años después del lanzamiento de “Close to the Edge” y, obviamente, ya nunca fue lo mismo. “Close to the Edge” es una de las cimas del rock progresivo, un disco imprescindible para cualquiera que desee entender el rock sinfónico, una obra conceptual con influencias religiosas, filosóficas y literarias (Hermann Hesse. Siddharta, 1922), con un elevado sentido de lo alegórico, lo espiritual y lo trascendente. La cara B está ocupada por dos canciones: “And you and I” y “Siberian Khatru”, absolutamente maravillosas por sí solas, dos de los mejores temas de este estilo musical; la cara A contiene la suite “Close to the Edge” -dividida en cuatro movimientos-, aún superior a los dos cortes anteriormente citados, para muchos el mejor tema de rock progresivo de todos los tiempos; para mí también, si no existiera “Shine on you Crazy Diamond” de Pink Floyd. Comienza con unos suaves sonidos de pájaros y agua, y con la expresiva guitarra de Steve Howe; hacia el minuto cuatro entra la mágica (y también controvertida) voz angelical de Jon Anderson, construyendo una preciosa melodía que actúa a modo de espina dorsal durante toda la composición; de esta manera se da paso a una enigmática y sosegada parte central, gobernada por la voz de Anderson y los teclados de Rick Wakeman, con un fragmento especialmente emocionante entre los minutos 12 y 15; a partir de ahí, el tema comienza a emerger, culminando con una parte final cantada, épica y apoteósica. He de decir que, en 1989, tuve la oportunidad de presenciar esta maravilla; fue en la actuación que dieron, en el antiguo Pabellón de Deportes del Real Madrid, cuatro de los cinco músicos de “Close to the Edge”, en una banda reunida bajo el explícito nombre de Anderson, Bruford, Wakeman & Howe. A los que nunca habéis escuchado este tema, os recomiendo que os relajéis, cerréis los ojos y os dejéis llevar al borde del abismo.
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