En el maremágnum de nombres, números económicos, querellas judiciales, denuncias ciudadanas, policías, actuaciones de instituciones de todo tipo..., yo, que no soy muy proclive a perder el tiempo con el juego que se traen entre manos unos y otros no he podido sustraerme a un nombre que he oído va en una de las listas electorales. Se trata del novelista Jaume Cabré que acompaña al ex-president Carles Puigdemont en la candidatura de JuntsxCat, el partido que este último ha montado desde su voluntariamente elegida residencia bruselense.
Fue tal el éxito de su novela que en la tertulia de amigos y antiguos compañeros de Instituto de la que formo parte, "Más que palabras...", la pusimos como lectura del mes de enero de 2012. La novela es magnífica y dio estupendo juego como queda reflejado en el blog donde al finalizar cada reunión se hace la Crónica de la velada.
Por ello, pues, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, como dice el refrán castellano, dedico este post a esta magnífica obra del novelista barcelonés nacido en 1947, licenciado en Filología catalana, profesor de Instituto muchos años hasta que pasó a serlo de la universidad de Lérida, y actualmente miembro de la Academia de la lengua catalana.
La Reseña La voluminosa novela de1000 páginas del autor catalán Jaume Cabré habla del Mal. Fija la atención en el discurrir de la vida de una familia–los Ardèvol- en función de las vicisitudes acaecidas a dos objetos: el Vial, un violín storioni, y el cuadro de Modest Urgell, Santa María de Guerri.El primero le sirve para presentar ese libro que a lo largo del relato Adriá Ardevol se está proponiendo escribir, 'El problema del mal': la historia de Jachiam de Mureda de Pardàc, catador de maderas que, tras huir de su localidad por haber encontrado al autor del incendio del bosque que surtía a la familia de maderas aptas para su transformación -Bulchanij Brocia de Moena-, huirá y descubrirá un bosque de maderas óptimas para hacer violines. Con éstas llegará a Cremona y allí las venderá a Lorenzo Storioni que fabricará el violín que venderá, apremiado por la necesidad (su amada María quiere huir con él), a Monsieur la Guite que a su vez lo hará llegar a Jean Marie Leclair; y de éste llegará a manos de la familia judía de Mattias Alpaerts a cuya mujer Berta le sería arrebatado de sus manos por el nazi alemán Dr Voigt y a éste, acuciado por el momento y la necesidad, se lo ‘compraría’ Félix Ardèvol, padre de Adriá.Hay en la historia del Vial una clara relación con el mal. Y curiosamente ese mal siempre en pro de la belleza, en este caso de la música. La música invade todo el relato: la técnica del contrapunto es habitual -más de una historia, frecuentemente tres o más, se presentan a un tiempo- llegando la mezcla a crear confusión. Cada una de las 7 partes en que se divide el relato está puesta bajo unaadvocación musical.
Lo mejor
Es una obra con un fortísimo componente cultural. Al respecto son muy interesantes los numerosos intertextos (referencias a [o de] otros relatos) que pululan por la novela: Goethe, Ungaretti, "El coronel no tiene quien le escriba" de García Márquez, "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust, etc.
Lo peor
El autor ha creado un auténtico producto mercantil -muy bien escrito, eso sí- en el que ha metido todo cual si de un cajón de sastre se tratase: música, pintura, nazis, judíos perseguidos, referencias literarias, estraperlistas de la posguerra española y mundial, solitarios niños superdotados, músicos insatisfechos y aprovechados, el alzhéimer, casualidades increíbles...