Hace un par de días escuchaba al responsable de cierta universidad privada madrileña justificar los recortes en la enseñanza pública en un debate en Telemadrid. Muy oportunamente, claro. "Yo estoy acostumbrado a pagar, para mí es lo normal"... Al escucharle me dio la sensación que los que reclamamos una educación y una sanidad públicas y universales, estuviéramos pidiendo algo "anormal", como si estuviéramos "mal acostumbrados" a lo "gratuito". A él le parecía bien que la gente pagara por aprender, lo contrario debe ser algo así como exigir un "privilegio" injustificable. Y si no hay dinero, no se enseña.
Yo estudié en un instituto público y una universidad pública. En el instituto encontré algunos profesores/as que me hicieron cogerle el gusto a materias, tan áridas a priori, como la física, las matemáticas, el latín, la lengua, el inglés... desarrollar la creatividad con la música, el dibujo, la literatura... empezar a disfrutar con las ciencias, la historia, el arte... cuestionarme cosas, empezar a aprender a pensar con la filosofía, la religión (sí, sí, asignatura de religión, nada que ver con la catequesis)...
Los primeros registros de gusto por el estudio y el deseo de comprender temas me vienen de esa época.
Eso sin dejar de hacer críticas del sistema educativo, tan mejorable entonces y tan mejorable ahora.
He sido profesora remunerada y también voluntaria. En ambos casos, siempre estaba la responsabilidad de hacer aprender, de hacer accesible el saber y de que el alumno o alumna disfrutara aprendiendo. Y me resulta incomprensible que alguien que trabaje en la enseñanza valore el conocimiento en función de lo que se le pague por éste.
Toda persona debería tener el derecho y el privilegio de recibir una buena educación. Tenga o no dinero. Escamotear esto es como escamotearle la humanidad. El saber se ha generado por la acumulación histórica de miles de generaciones. Es por tanto, nuestra herencia, un bien común que debería ser compartido con toda la humanidad.