Revista Espiritualidad

Yo hago algo por ti pero tú te comprometes a hacer algo bueno por otros. SILO. 1998

Por Ebass

A mí personalmente la idea de fraternidad me parece maravillosa, pero no es posible hablar de fraternidad hoy, y va siendo cada vez menos posible hablar de solidaridad, es monstruoso, nosotros empezamos a hablar de reciprocidad en esta sociedad mercantil donde todo es intercambio, la idea de reciprocidad es mas comprensible aunque sabemos de qué se trata eso de que yo hago algo por ti pero tú te comprometes a hacer algo bueno por otros, va montada en el momento histórico del mercantilismo desaforado, va montado pero con una interesante guía interna que lleva a que de todos modos la solidaridad se realice.

Entonces, somos más exigentes, en el sentido que decimos bueno hay que solidarizarse con la gente que sufre, no basta, decimos: llevemos nuestro apoyo a la gente que sufre y que la gente que sufre se comprometa además a hacer lo mismo por los demás; que la solidaridad sea una parte activa y la otra pasiva, yo llevo una cosa y el otro recibe un beneficio y ahí nos quedamos, para nosotros y en nuestra psicología también la conciencia es activa y si un ser humano no se pone en actividad él mismo se degrada, él mismo se humilla, entonces los humanitarismos, las ayudas al próximo, de las señoras de sociedad que llevan alimentos, no basta, desde luego, desde luego que a uno le resulta mas simpático otra persona que hace humanitarismo antes que alguien que le parte la cabeza al que está tirado en el suelo, por supuesto, pero no es el caso porque no cuestiona al sistema, hace parches en el sistema y se siente bien con su propia conciencia.

El humanismo no es humanitarismo, el humanismo lleva el planteo de la reciprocidad en el sentido en que si yo transformo tu situación tú te comprometes y tienes que actuar transformando la situación de otros; es una idea tal vez no tan pura, tan ideal como la de fraternidad que es mas bien un sentimiento y para muchos la solidaridad es un sentimiento, es además una idea más elaborada, porque se entiende el contexto histórico en el que se pone la reciprocidad y se entiende que no es solo un sentimiento.

Yo hago algo por ti pero tú te comprometes a hacer algo bueno por otros. SILO. 1998

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