15.20 del martes 27 de julio, soleado y un tanto agitado.
Regresaba del centro luego de una sesión de batidora mental, con procesadora incluida y todo los chiches. Un espacio que pretende entender mis momentos de adaptación o la normalidad de mi ser, en un encuentro semanal que en teoría, se supone, en algún momento me conducirá a buen puerto, o por un camino de gozo paralelo, o bueno, hacia algún lugar distinto…
Igual, de todos modos, ese no es el punto del relato. Sino lo asombroso y perturbador que puede ser un viaje.
Subo al 110 y me ubico en el medio del bondi. Tranquila, o mejor dicho con la mirada fija hacia el exterior -mientras plácidamente mantenía un diálogo conmigo-, escucho un cruce de ideologías con puñal.
Por suerte sin sangre, pero con una profundidad de asesinato que congelaba. Creo que en ese instante lo envidié un poco más a Beethoven, no solo por su virtuosismo, sino por la cualidad de no escuchar. Un mecanismo interesante…
Y de pronto comienzan unas notas orales a lo lejos:
-Eso le pasa porque (H)ace -dice una mujer de unos 50 años al chofer del 110
-No es así señora. Él no hace, solo escucha -le contesta el colectivero.
-No importa. No lo dejan hacer nada porque es ingeniero -insiste la señora
-Sí, y que le gusta la electricidad -refuta el del bondi
-Es un buen hombre. Todos lo critican, pero nadie hace nada, redobla la apuesta ella.
-¿Hacer? Si, ahora va a cortar 150 árboles de Plaza las Heras.
-No me importa. Es ingeniero y fue a una de las universidades más caras del país.
-Pero le gusta la picana
-Los abogados hacen cualquier cosa, pero él es ingeniero, es una carrera difícil, es muy inteligente -contesta la mujer madura.
-Pero le gusta la picana
-No me importa lo que digan, es bueno.
-Pero le gusta la picana, las pistolas Taser y escuchar conversaciones ajenas.
-Yo lo voy a defender porque es ingeniero.
Duramente Increíble.
Me pregunto si Mauricio se habrá enterado del fraccionado diálogo popular y de lo que genera en algunas mujeres descarriadas. Perdón Lilita, hoy con vos no es la cosa. Pero seguro estaba despistado o afeitándose el bigote.
Y después me cuestiono porque no me adapto…
(La normal inadaptada)
Autor: MP 27/07/10