"Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Sentimiento hacia otra persona que nos atrae, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear".
La primera definición de amor que encontramos en el diccionario está relacionada con la incapacidad de los seres humanos para aceptar el eco de su propio vacío. ¿En qué momento aprendemos, sin saberlo, a creernos incompletos? Olvidando el pico último de la pirámide de Maslow, el amor, según la RAE, aparece ante nosotros principalmente como objeto de beneficio propio; elemento insustituible que llena una carencia que nos acompaña toda la vida: la del respeto y la estima hacia nosotros mismos. No se menciona lo mutuo, lo recíproco. Se olvida por completo que, junto a nosotros, se encuentra otra persona. Junto a nosotros, y no detrás.
Ojalá la vida dé vueltas y vueltas hasta que todos vomitemos. Ojalá el mundo, siempre pañuelo, nos envuelva en sus ejes de movimiento hasta que el verbo "amar" nos lleve a ver la imagen de nuestros compañeros antes que la de nuestro espejo.