Yo me quiero casar

Por Dimitri

Ya sé, ¡ya sé! Me casé en 2011 y fue una experiencia increíble (que pude compartir con ustedes en este post y en este otro). ¿Se acuerdan del vestido verde vintage? Uff, qué preciosura.
Con Tom decidimos ahorrarnos el costo de una boda de primer nivel (vestido largo, doscientos mil invitados, catering, cotillón, artistas invitados, salón de cinco hectáreas) para construir una casa, movida que a nosotros nos resultó piola ya que tenemos premura en mudarnos, en tener nuestro hogar.
Pero claro, prometimos que algún día haríamos la fiesta a todo trapo. Con todo, ¿eh? Alquilar salón en el Jardín Japonés si es necesario. Contratar a las mejores wedding planners que conozco. Que Tom entre con una galera y un bastón (está obsesionado con eso, probablemente le agregue un monóculo y otros artilugios steampunk). Y yo, claro, con el vestido más recordado de la historia de los casamientos; porque, saben, no me puedo conformar con una baba blanca, un vestido tipo quinceañera y no me sientan los cortes sirenas. Mi vestido sería algo más o menos como lo que diseñan marcas como SWEET GLITTER, Uno et L’etoile y Subarke que, obviamente, son marcas japonesas. No imaginaba que podría ser de otro modo, con semejantes vestidos.
SWEET GLITTER











Uno et L’etoile



















Subarke







Estimo que no deben ser del gusto de todos, pero estos vestidos sintetizan estilo kawaii + novia tradicional, dándole un giro de tuerca a través de los colores, las texturas y el volumen, más los accesorios extravagantes. Amo todo. ¿Ustedes usarían un vestido así o es demasiado?