Yo no soy…

Yo, soy quién soy, no ese que tú quieres que sea…

No soy un príncipe de cuentos, ni un malabarista, aunque ejerzo como tal con lo que tengo, no soy maestro, ni un fenómeno paranormal de tú imaginación, más bien en un ámbito más terrenal, un tipo muy normal.

Si te decepcionas es tu problema, porque me has exigido lo que no te puedo dar, ni lo que tengo ni lo que soy.

Yo, soy fruto de mi pasado, de mi presente y de mi futuro, un ente que fluye en Mi Camino de Vida.

No soy diferente a ti, sufro como tú, lloro cómo tú, río como tú, así que desengancha de tu imaginación esa imagen que tienes de mi. Te invito a que me conozcas, te pido que no me juzgues, si quieres descubrirme te invito a que penetres en mi corazón.

Yo no soy lo que tu pretendes que sea, seguir por ese camino no me afecta, sólo enturbia tu pasado, sólo oscurece tu presente. Habla conmigo, descúbreme, te sorprenderás…

Yo sí que sé quién soy o eso creo, a veces las dudas me arrastran a la resistencia de investigarme, de renunciar a la naturalidad de las consecuencias de una reflexión profunda, de un juicio que yo mismo insisto en provocarme para sacudirme ese ¿quién soy yo…?

Yo no soy tu prisionero, ya no, ahora soy libre, vivo sin el yugo de tu opresión, sin la condena de tu imposición, de aquel ya no queda NADA…

Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo,
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.

(Juan Ramón Jiménez)