Una encuesta, encargada por la empresa para la que trabaja mi ilustre vecina (con lo que pierde parte de su credibilidad), postula que, en el caso de que decidiera presentarse a las elecciones, obtendría un 8% de los votos.
Incluso con el posible factor de corrección, a mi este resultado me entristece profundamente, pues demuestra lo poco que se toma en serio buena parte de la población algo tan importante para nuestro día a día como las elecciones generales, a las que se acude como quien vota a Eurovisión, quizá incluso con menos implicación.
No puedo sino insistir, por enésima vez, que este país cada vez se parece más a las películas de Berlanga.