Yo recomiendo: La elegancia del erizo

Publicado el 21 junio 2012 por Bebloggera @bebloggera
Por Voces desde Chile


Hace un tiempo atrás, una compañera de práctica me contó que había recibido un misterioso regalo, proveniente de un destinatario desconocido. Envuelto en un paquete y con dos tarjetas escritas: "espero que te guste" y "espero que tengas dvd", esta afortunada mujer recibió la película "El encanto del erizo" dirigida por  Mona Achache. Encontré que fue un gesto tremendamente romántico y al mismo tiempo, despertó mi curiosidad. 

Yo había escuchado algo sobre la película, sabía que era francesa y que estaba inspirada en un libro, pero fue la anecdótica historia de este regalo misterioso la que me impulsó a verla, pidiéndole a esta compañera que me prestara la preciosa adquisición. 


La disfruté, sí, mucho. La vi tranquila, en una tarde de invierno y me maravillé ante la idea de recibir inesperadamente un presente como ese. Es curioso, porque una de las ideas que ronda en la película (y que se aprecia mayormente en el libro) es el carácter inesperado de las cosas. Quizás el misterioso sujeto del regalo quiso transmitir eso también, quién sabe. 

El tema es que hace unas semanas una amiga me empezó a hablar del libro. Me dijo que le había encantado, así que me lo conseguí (como titulada, he perdido todos los beneficios estudiantiles, como el uso de la biblioteca) y me dispuse a entrar en el mundo relatado por Muriel Barbery, la autora de "La elegancia del erizo" (es distinto al nombre de la película). 


Este libro intenta retratar el encuentro de dos solitarias: Paloma, de 12 años, perteneciente a una familia francesa acomodada, definiéndose como una intelectual con ideas profundas (y también suicidas) y presentando una teoría sobre el mundo que le rodea ("la pecera") y Renée, la portera del edificio donde vive Paloma, que es amante de los libros, el chocolate y el arte, pero que se esfuerza por disimular quien es y trata de mostrarse como una simple portera. Este encuentro se vuelve posible mediante la llegada de un nuevo residente al edificio: el señor Ozú, un japonés que consigue despertar la curiosidad entre los habitantes del lugar, pero por sobre todo, se transforma en un puente entre estos dos seres, que deciden abrirse, mostrarse y compartir un trozo de existencia. 

La historia es sencilla y va alternándose el relato de Paloma y de Renée. Se abordan diversas temáticas: como el arte, los estereotipos, las disfunciones familiares, etc, describiendo Renée su vida paralela a su rol de portera, mientras que Paloma se dedica a describir cada una de sus ideas profundas, que las escribe en forma de Haikú (poemas zen). 
Una pregunta por el sentido de la vida. Un relato sobre la belleza del mundo, las máscaras sociales, la infelicidad. La búsqueda. El amor. Pero sobre todo, una historia donde los milagros son posibles, "porque una camelia puede cambiar el destino".