Frente a la gente que piensa que la navidad es hipocresía porque parece que es sólo durante estas fechas cuando surgen los buenos sentimientos, se olvidan las penas y nos acordamos de los seres queridos, soy de los que pienso que la navidad, seas o no seas creyente, es un momento de reconciliación con el ser humano.
Un periodo en el que por un tiempo, volvemos a creer en la humanidad, en la que los hombres se sienten más humanos y comprometidos. Esto no quiere decir que el resto del año nos volvamos unos seres deshumanizados y fríos, es simplemente un momento de exaltación de lado bueno del hombre, ¿Qué sería genial que fuera así todo el año? Sí, pero entonces no seríamos seres humanos. Es como celebrar el día de la madre o del padre. El festejar estos días, no quiere decir que el resto del año no mostremos cariño hacia nuestro padre o nuestra madre, si no que esos días, lo proclamamos y lo celebramos. Como dijo Obama en 2011 durante la ceremonia de encendido del Árbol de Navidad que se realiza cada año en Washington: " Cristo vino a la Tierra para entregar un mensaje que se resume en la idea de que debemos amar a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Esa enseñanza ha llegado a dar la vuelta al mundo. Ha perdurado por generaciones y hoy se encuentra en el corazón de mi millones de personas [...]. No importa quiénes somos, de dónde venimos, o cómo adoramos, es un mensaje que puede unirnos a todos en esta tiempo de festividad".
Un ejemplo del momento de esperanza que representa la Navidad es cuando hace 104 años, en Nochebuena de 1914, durante la Primera Guerra Mundial, se produjo la "Tregua de Navidad" no oficial, brotes aislados de cese al fuego de forma espontánea entre alemanes y británicos a lo largo del Frente Occidental situado en Bélgica. En diversos campos de batalla la guerra cesó momentáneamente cuando las tropas escucharon a sus enemigos entonar villancicos. Y a mí se me siguen saltando las lágrimas cada vez que veo este video.
Estoy en contra del consumismo exacerbado de estos días que buscan transformar estas fechas en una Navidad consumistas, en una fiesta de derroche, que lo vacía de su verdadero sentido. También entiendo que es una época en la que se echa de menos a los seres que faltan o que están lejos esos días. Contra esto último no tengo palabras, ya que es algo muy personal y que cada uno debe superarlo a su manera.
Redescubrí la Navidad con mi familia
En mi caso particular, venía de una familia donde el sentimiento navideño había desaparecido completamente, la Nochebuena era simplemente una cena con mucha comida, en la que nos dábamos regalos, como autómatas, y punto, y lo mismo sucedía con Nochevieja y Reyes. Estaban vacios de cualquier sentimiento positivo. Para mí era un época que prefería pasar lo antes posible, o bien buscaba celebrarlo en casa de algún amigo donde si reinaba el espíritu de la navidad.
Con mi mujer y su familia empezó a renacer de nuevo en mí el sentimiento navideño, pero ha sido con mis hijos cuando he vuelto disfrutar 100% de la navidad; el montar el belén y el árbol de navidad, ver catálogos de juguetes para elegir los que van a poner en la carta a los Reyes Magos, ir a los puestos navideños de la plaza Mayor, visitar Cortylandia, poner villancicos en el coche, ver sus caras cuando dejan la carta la paje real o ven pasar a los Reyes Magos durante la cabalgata, sus nervios la noche de Reyes y como no, disfrutar de sus caras cuando ven lo que han dejado los Magos de Oriente.
Y como cristiano, no puedo concluir esta reflexión navideña sin recordar lo que realmente se celebra estos días, el Nacimiento del Hijo de Dios. Recordamos que Dios se hizo hombre y que vino al mundo para salvarnos. Se hizo uno de nosotros y con su nacimiento dio un nuevo sentido a nuestra vida.
Y para terminar, desearos a todos una muy feliz Nochebuena y que los sentimientos de estos días se extiendan durante todo el año. FELIZ NAVIDAD.