Yo solo sé que no sé nada

Por Illegalreturn

Disputadas las cuatro primeras jornadas de regular season, uno echa la vista atrás para valorar cómo están los equipos y cual puede ser su proyección. El Power Ranking comentado del pasado jueves es un acto de análisis de lo que la realidad nos ofrece a día de hoy. En alguna ocasión dije que en los inicios de cada temporada, valoramos a los equipos en base al recuerdo de lo que sucedió la temporada pasada. Tenemos unos favoritos -buena imagen de ello pueden ser las previsiones que se han escrito durante agosto-, y sobre ello esperamos ver un rendimiento. Con el pasar de las semanas, cambiamos el chip y terminamos por adecuar nuestra visión de lo que esperábamos que sucediera a lo que realmente sucede.
En algunos casos nos bastan unos pocos partidos para destronar favoritos; Pittsburgh Steelers o Philadelphia Eagles entrarían hoy dentro de esta categoría. En otras, los acostumbrados equipos revelación, saltan varios escalones en los rankings; Buffalo Bills y Detroit Lions serían los casos por excelencia, pero no los únicos. Finalmente, los favoritos siguen en la brecha demostrando sus galones: Green Bay Packers, New Orleans Saints, Baltimore Ravens o San Diego Chargers siguen nuestra imaginaria previsión.

Pero apenas los primeros pasos de la competición y como no puede ser de otra manera, existe un compacto y numeroso grupo de equipos que, un paso por detrás del foco de atención, optan a cualquier hazaña o debacle. New York Giants, Atlanta Falcons, Tennessee Titans, etc...
A partir de la semana quinta de competición, la clasificación aún sufrirá cambios importantes. Alguno de los que hoy observamos como claros favoritos se hundira. Otros que se mantienen en un nivel medio ascenderán hasta el Olimpo mientras que sus compañeros de clasificación tropezarán y caerán. Y cabe incluso la posibilidad de que sea algún desheredado que ahora se arrastra por las alcantarillas de un mal inicio, sacará fuerzas de flaqueza y protagonizará la remontada del año. Hay tiempo para todo.
¿Y nuestra visión?. Pues lo dicho: aún adaptándonos a la realidad cambiante.