No os miento si os digo que cogí este libro teniendo en mente que muy probablemente no me iba a gustar. ¿Por qué me lo he leído entonces? Pues por nostalgia, básicamente. cuando yo me leí la trilogía Pídeme lo que quieras me entretuvo bastante y recuerdo a un personaje masculino que para nada es lo que he leído en este libro, pero bueno, mejor os lo cuento más detalladamente.
A ver cómo os puedo argumentar yo lo poco que me ha gustado este libro sin enervarme. Hace unos años yo leía a Megan Maxwell para reírme, porque sus libros me entretenían y a veces es bueno leer libros solo para eso, sin entrar en cuestiones de calidad literaria. Pero llevo ya tres libros, contando este, que no solo no me entretienen sino que me enfadan tanto que estoy desarrollando un profundo rechazo a la autora.
No he leído libro más machista que este- Una relación repleta de toxicidad que, ya os digo, no recuerdo de la trilogía.
Si bien Eric era un personaje dominante en Pídeme lo que quieras, también recuerdo a Judith plantándole cara y haciendo lo que le salía del pie. Este libro se suponía que era igual que el primero pero bajo el punto de vista de él y... me ha dado asco, os lo juro.
Leer todo el tiempo cosas como "soy el macho alfa", "no le voy a permitir hacer esto", "ella es mi mujer y hará lo que yo diga" y más del estilo... Me han puesto los pelos de punta, literalmente. No he podido cerrar la boca del asombro en todo el libro. ¿Y Judith? ¿Qué ha sido de la Judith libre, chula y graciosa del libro? ¿Y del Eric que lo único que quería era estar con ella y hacerla feliz?
No sé qué le ha pasado a Megan en los últimos libros, pero quizá debería leerse de nuevo aquellos libros en los que los diálogos y las situaciones eran divertidas, como en Oye, morena, ¿tú qué miras?, el último libro suyo que me hizo reír.
No me voy sin decir que el libro tiene repeticiones absurdísimas y estereotipos más absurdos aún, a saber:
- El mal genio de las españolas (su madre, Judith y la hermana son españolas y prácticamente iguales). Megan: mi madre, mi tía, mi abuela y mi prima, mis amigas y muchísimas españolas que conozco son algodón de azúcar y si tienen mal genio es porque son personas, no porque son españolas.
- Soy el macho alfa y todas las mujeres mueren a mis pies. Si no lo dice en todas las páginas, revienta. Y de hecho es su argumento para acosar a Judith, que es lo que hace en este libro (y no recuerdo que lo hiciera en Pídeme lo que quieras).
En fin, me da pena haber manchado el recuerdo que tenía de dos personajes con los que me divertí mucho.