Vecinos del inmueble situado en calle Cuba No.508, entre Sol y Muralla, La Habana Vieja, se han cansado de esperar respuesta del gobierno a la pésima situación del edificio donde residen. A medida que pasan los años, los derrumbes parciales se han sucedido en la estructura, y ya temen que en cualquier momento el techo que queda caiga sobre sus cabezas.
“Yo soy revolucionaria, pero no comemierda”, afirma una vecina del edificio, la más vieja de los entrevistados para este reportaje. Es difícil saber de qué está más asustada: si por su vida que corre peligro, o por la reacción oficial que puede provocar su protesta.
La Habana Vieja es una zona turística donde los contrastes son muy fuertes. Por un lado están las viviendas de los cubanos comunes que deben buscarse el día a día, y por otro los hoteles cercanos donde se hospedan los turistas que vienen a Cuba.