Yo soy Susana

Publicado el 19 enero 2014 por Erikaconka Erika Coello @ErikaCoello

Yucatán: “comprometidos con tu bienestar”. Así reza en la página web de este estado mexicano que presume en todos los medios del país de una justicia implacable y transparente. Pero parece ser que cuando se trata de la defensa de la mujer en casos de violencia de género esa justicia permanece ausente.
Nos situamos. El 10 de Diciembre fue presentado por la ONG Indignación  (Organización no gubernamental mexicana que lucha por los derechos humanos) un libro informativo titulado “La casta Susana. Mujeres sin justicia en Yucatán” en el que se destapa la cara oscura de un sistema que no garantiza una sentencia justa, ni impone medidas de alejamiento al agresor y mucho menos tiene en cuenta pruebas.
El título está inspirado en un personaje bíblico,Susana. A causa de su bondad fue traicionada y condenada por quien creía personas justas. Aunque también puede ser cada una de nosotras ,tú y yo podemos ser Susana.
En este informe se habla de juicios plagados de irregularidades, hasta el punto de que una víctima puede llegar a convertirse en culpable. Es lo que pasa cuando no existen pruebas científicas que corroboren el delito porque en Yucatán un estado plagado de universidades y facultades (Universidad Autónoma de Yucatán,Facultad de medicina,Universidad Tec Milenio…), el Ministerio Público no tiene como dirían allá un “pinche” laboratorio para pruebas de ADN.
Estás perdida si has sido violada reiteradamente siendo o no menor, porque los jueces pueden hasta eliminar tal delito, así es como denuncia esta ONG que ya ha sucedido. Sin medidas de protección y con juicios largos y tediosos que apenas pueden costear, muchas mujeres tienen que presenciar como al final el agresor vuelve a su lado más pronto que tarde.
Si se apreciara en Yucatán a las mujeres de la cultura maya como a sus famosas ruinas… Probablemente no sabías que en ese estado no tienen acceso a la justicia  porque no hay ni un solo  intérprete, ya que muchas solo hablan su lengua y no conocen el español, tampoco saben de normas y son fácilmente engañadas aprovechándose de su ignorancia.
Aunque escribo sobre un tema que parece “tocarnos” lejos, realmente como mujer no creo que así sea.Quizás nos haga diferentes la cultura o la sociedad en sí, pero no estamos exentas de ser esa “Susana” incomprendida y sola que golpea a la puerta desesperada sin obtener respuesta…