Para alejarlo de su trabajo y del estrés, sus jefes lo mandan a escoltar a Irene (Renée Zellweger) hasta Nueva York.
Los distintivos gestos y muecas de Jim Carrey, le vienen muy bien en esta película para interpretar a dos personalidades completamente diferentes.
Renée Zellweger pasa bastante desapercibida, aun siendo la co-protagonista.
A pesar de lo bien que empieza el largometraje, conforme pasa el tiempo, la calidad del humor va empeorando.
Es una comedia entretenida, pero no es una de las mejores de Carrey, ni de los hermanos Farrelly.
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