Yoani Sánchez NO es nada de lo que parecer ser. NO es una simple bloguera que comenta su vida diaria para desahogarse, por su falta de libertad. NO es una disidente que se haya corrompido por la fama y el dinero. Ni siquiera es una mujer con delirio de grandeza y extraordinarias dotes histriónicas a quien la atención mediática que recibe, haya hecho que se le subieran los humos a la cabeza.
Yoani es simplemente una agente de la Seguridad del Estado cubano. Podría emborronar cuartillas desmenuzando lo que ha escrito o dicho esta mujer; y sobre todo podría analizar lo que no ha dicho ni escrito. Pero hacerlo generaría una argumentación, sobre detalles, que dispersaría la atención sobre lo que ella misma dice con su expresión corporal. Lo que su subconsciente grita sin que ella se haya preparado para evitarlo. Quien haya oído hablar del lenguaje corporal, ya sabrá por dónde vienen mis tiros. Para quienes no sepan de lo que hablo, advierto: voy directo al pulmón.
Cuando apareció en el panorama de los blog esta cubana llamada Yoani Sánchez, me pareció auténtica, aunque pensé que se quedaba a medio camino entre periodista y disidente. Sin embargo, cuando en mayo del 2008 la Revista Time mete a Yoani Sánchez en su lista de las 100 personas mas influyentes del planeta Tierra, me hice una pregunta: ¿Por qué esta mujer no se mete de lleno en la política cubana, en vez de escribir sobre los limones y las malangas? La respuesta a dicha pregunta me llegaría de la mano de la propia Yoani, cuando escribió que ella prefería crear un medio de difusión masiva, un canal de TV, o algo parecido. En aquel momento no calculé la dimensión de sus palabras. Hoy al encontrar este video y leer este post, me doy cuenta de que la niña lo que quería era, ser una estrella mediática. Mi enhorabuena, porque lo ha conseguido. LEER MÁS