Así lo refirió Ernesto Pérez Castillo en su blog, Haciendo las Cosas Mal, que lo dice bien.
Ya se sabe que Yoani Sánchez es tan ignorante que ni siquiera sabe que no sabe, pero eso de decir que las personas retenidas en Guantánamo “purgan largas condenas” es el colmo de la inopia –si no de la mala leche y la perversidad–, porque si algo no han recibido jamás de los jamases los presos de Guantánamo es condena alguna de ningún tribunal. De hecho, no han ido a juicio. Es más, hasta el sol de hoy, y desde el primer día de sus secuestros, nunca han sido formalmente acusados de nada.
Encima, la blodeguera al comentar sobre ellos aventura: “debieron esperar años para que se aclarara su identidad y poder irse de vuelta a casa”, y también: “Quizás alguno de ellos lograba divisar desde su celda los límites de la base naval donde estaba recluido”.
Nótese el uso de la conjugación de los tiempos verbales que hace la filóloga estelar, siempre abusando del pretérito y del copretérito, como si ya en el soleado presente los presos no estuvieran allí. Pero allí están, y esa es la dura y oscura realidad que Yoani no podrá escamotear, ni siquiera si se atreviera con el poscopretérito del futuro subjuntivo.
Es insólito que en las mismas páginas donde se amplifican las divagaciones de Yoani, hayan aparecido antes los cables de WikiLeaks sobre Guantánamo, con la cifra exacta de cuántos permanecen allí, a qué torturas han sido sometidos y en base a qué acusaciones fueron detenidos, como es el caso de Mohamed el Garran, llevado a la prisión luego que un delator dijo que formaba parte de la célula de Al Qaeda en Londres, y nadie se fijó en el detalle de que el Garran contaba solo once años cuando se le suponía preparando macabros atentados y, además, nunca estuvo en el Reino Unido.
Que Yoani diga y repita y se caiga de espaldas con sus disparates, eso es cosa de ella, pero que el periódico El País –que se supone tenga editores y correctores y confirme cada coma antes de llegar a la página impresa– le siga la corriente y se los publique sí que deja muy en claro cómo son las cosas de Prisa…