Casi ni nos hemos enterado de este mes (qué rápido pasan los días ¿verdad?), pero lo bueno de que haya llegado a su fin es que volvemos con el asaltablogs y ya sabéis que nos encanta jeje.
Ante nosotros hemos tenido la oportunidad de asaltar una nueva cocina, descubrir nuevas recetas y mostraros nuestra favorita, porque os aseguro que siempre salimos con alguna más bajo el brazo... Y esta vez no iba a ser menos.
Nuestra víctima de octubre ha sido el blog Duly's Kitchen, y puedo deciros que tras dar unas cuantas vueltas por su cocina, Obdulia tiene unas recetas riquísimas, tanto dulces como saladas. Me costó muchísimo decidirme y, de echo, al principio elegí este risotto de berenjena con miel, pero me entró el gusanillo por preparar algo dulce y terminé por llevarme de su despensa estos yogures de chocolate.
¡Qué gran acierto! Decidí hacer la receta tal cual, aunque solo preparé la mitad porque era solo un capricho... y me arrepiento de no haber hecho más (aunque caerán, eso os lo aseguro). Este yogurt tiene una textura muy suave y cremosa y un sabor intenso a chocolate, manteniendo ese amargor tan rico que te permite comerlo tal cual o acompañarlo con algunos frutos secos o nata ¡os dejará sin palabras!
Duly, ha sido un placer entrar en tu cocina y llevarnos esta deliciosa receta. Después de descubrirlos, estoy segura de que los yogures de chocolate comerciales no van a entrar nunca más por casa ;).
Ingredientes (para 4 vasos)
- 2 yemas de huevo pequeño
- 1 cucharada sopera de maizena
- 1 y 1/2 cucharada sopera de azúcar
- 4 1 cucharadas sopera de cacao en polvosin azúcar
- 1 y 1/2 vasos de leche
Disuelve una cucharada de maizena en medio vaso de leche y reserva.
Separa las yemas de las claras y reserva las yemas.
En un cazo a fuego medio-fuerte vierte el resto de la leche con el cacao y el azúcar y, cuando comience a hervir, retira del fuego.
Continúa añadiendo las yemas sin parar de remover para que no se cuajen.
Vuelve a colocar el cazo al fuego sin dejar de remover, para que la mezcla espese un poco. En cuanto comience a hervir, retíralo del fuego.
Llena los vasos donde los vayas a servir y deja que se enfríen para que espese más. Si utilizas unos envases con tapa los puedes mantener unos días en la nevera.
Antes de servir puedes añadirles algún fruto seco, bayas, nata o lo que más te guste.