Sol
Cuello Cortado
descansa sobre la hierba
Cabeza Soberbia
partió a los Australes
Sol
Cuello Cortado
dejó que un insecto
revoloteara en sus labios
y durmió un instante
Cabeza Soberbia
cansada del viaje
haló de los pies a su amante
Estuvieron parloteando un largo rato
Una tormenta siguió a la otra
mas estas cabezas tenían mucho de que hablar
Sol
Cuello Cortado
saltó sobre la nieve
y posó sus labios
sobre la boca tumefacta
que hervía
sobre un hervidero de palabras
Se contaron sus vidas
Esto era todo lo que tenían que decirse
sus vidas sus amores
La noche las encontró
bajo un bloque helado
-el viento ululaba en el paisaje blanco-
“Es un presagio”
dijo Sol
Cuello Cortado
“No hagas caso”
Cabeza Soberbia
sintió pánico
y entrechocaron sus orejas en un largo abrazo