“You got the look I like”: segundo aniversario y otra docena que esperaba nueva oportunidad

Publicado el 10 septiembre 2011 por Esbilla

“You got the style, you got the sense
that makes a man race til he’s spent
that makes him twang like a guitar string
you hold the power and pain” 

Segundo anno domini y repetición del formato/idea del pasado curso. Un repaso por una docena de reseñas, o más bien de películas, que pasaron sin pena ni gloria y que bien se merecen una segunda ronda. Por lo demás poco que añadir, agradecimientos a los viejos y a los nuevos, a los fieles y a los ocasionales y certificar el aumento del imperio, lo cual se traduce en la práctica ruptura con la especialización (o más bien en una concepción elástica de esto), colaboraciones cada vez más abundantes (alguna en papel, pero eso ya se verá), artículos/saga de cierta ambición (ese Catálogo criminal español, por ejemplo) cambios de medio que me han permitido trastear desde los libros a los cómics y la fortuna, en general, de haber caído en gracia, lo cual ha supuesto la posibilidad de un puñado de entrevistas que, creo, no ha salido del todo mal. Este segundo año ha conocido también el nacimiento de esa (mini)esbilla, en Facebook, un hijo juguetón y activo que ofrece concentración frente a extensión, urgencia frente a minuciosidad y que me ha supuesto otra manera, más directa y vertiginosa de relacionarme, tanto con el texto como con el lectores, un feedback por el momento absolutamente enriquecedor.

En fin… la sucia docena “año II”, solo hay que clickar sobre el cartel o el título:

Hasta el nombre: 14/10/2010

Cuento esta reseña entre las destacadas del curso pasado, aunque en esta ocasión parece comprensible que pasase desapercibida al centrarse en una película ignota pese a contarse entre lo mejor de la producción de Damiano Damiani y distinguirla una interpretación soberbia, de doloroso patetismo, del gran Nino Manfredi. La peripecia real de Gino Girolimoni, un vividor romano, convertido por mediación del gobierno fascista de Mussolini en la cabeza de turco perfecta para finiquitar el malestar público por la incapacidad para detener a un asesino de niños. Feroz y devastadora, entre la farsa negra y el documento histórico aplica similares premisas a su material que las empleadas por Fleischer en El estrangulador de Boston con el crimen como metáfora de un momento en la historia.

Repartiendo cartas con su brazo de oro: 28/10/2010

Una debilidad personal que supone uno de mis filmes preferidos de la década de los 90, injustamente malconocido. Un thriller estilizado, lacónico e irónico que reflexiona sobre la naturaleza de la ficción, de particular tono irreal, manipulada y transformada bajo la mirada de narrador/creador del protagonista, y el juego como opción vital de índole metafísca (y melvilliana). La sofisticación y pobreza de medios en ocasiones ofrecen un contraste algo discutible pero la calidad de los recursos (especialmente la genial voz over), el tempo hipnótico de la narración y la hierática performance de Clive Owen lo compensan. El artículo puede resultar un tanto denso debido a la riqueza tonal y concentración que ya de por si presenta la película, a lo cual se suma la pretensión de dar una idea general sobre la carrera de su autor.

Hace tanto que estoy abajo, que ya me parece arriba: 04/11/2010

Un film simultáneamente familiar y singular. La despedida de ese gran talento frustrado que fue Fabian Bielinsky y uno de los mejores textos aparecidos durante el año. Dividido entres bloques intenta penetrar en los mecanismos fascinantes de un trabajo hermético y secreto, de textura seductora, casi fantastique, que juega con las mecánicas del género para hablar, desde esa esquina de la ficción, ese horizonte de expectativas, sobre diferentes temas tanto propios de la misma como ajenos. Diferentes capas que enriquecen un film a redescubrir con urgencia. El artículo sirve, igualmente, para tratar de forma muy somera el thriller argentino de los 80 hacía el presente.

La guerra de los caballeros ha terminado: 10/01/2011

Otra reseña muy elaborada por su carácter simultaneo de recuerdo historicista y cinematográfico que sirve, además, como continuación de las incursiones en la formidable producción australiana de los 70/80, encima centrada en la obra de un gran director como fue Bruce Beresford, tristemente acabado por después de este logro. Minuciosa y brutal, no desprovista de sentido del humor y con memorable interpretaciones, en especial por parte de Edward Woodwar como Harry “The Breaker” Morant; soldado, aventurero, poeta y hombre fuera del tiempo ejecutado en las postrimerías de la guerra Anglo-Boer, tan olvidada, en perfecta coherencia, como la película en si.

No hay quien te devuelva lo que un día no supiste y ahora sabes: 23/01/2011

Homenaje a Peter Yates poco después de su fallecimiento que suponía un, breve, repaso a su obra, mucho más estimulante de lo que pueda parecer y con bastantes más cosas que Bullit dentro de ella. La ocasión servía para rescatar una de esas, El relevo, un film muy especial para mi al suponer una de esa obras imperfectas pero tocadas por una magia que te afecta. En este caso una típica historia de fin de la adolescencia, asunción de responsabilidades y sueños demolidos que consigue superar la mayoría de los lugares comunes y los tópicos blandengues de este tipo de cine gracias a la absoluta modestia con la que están abordados. Provista de un encanto especial, de una melancolía dulzona de fin de verano y de verdadera credibilidad apuntalada por un guión excelente (sencillo pero no simplón), una dirección imperceptible y un magnífico reparto de, en aquel entonces, jóvenes valores donde destacan sobre todo Dennis Christopher, un actor dotado de una sensibilidad desarmante, demasiada para su propio bien, como el muchacho obsesionado con los ciclistas italianos.

 Rock’n’Roll Alemania: 29/03/2011

El artículo más dificultoso entre todos los aparecidos en el blog. Una razonable panorámica del desconocido, pero en su momento popular, cine del alemán Roland Klick y las alternativas que la cinematografía germana presentó durante los 70. Reactivo, punk y urgente, un acercamiento a diferentes géneros, el horror, el western, el policíaco, desde una definición formal sucia y visceral que se mueve entre la denuncia del presente y la abstracción conceptual. Cercano al Paul Vehoeven holandés en algunos aspectos pero con un sentido romántico y un gusto por el tono icónico que lo distinguen. Klick merece conocerse y estos tres filmes son los más accesibles, literalmente.

 Ven, demos un paseo: 08/04/2011

Exploración del cine gansgteril británico desde su mismos orígenes/codificación con esta pieza maestra de los gemelos Boulting adaptando a Graham Green. En su día la superación de las temáticas de posguerra y sus anti-héroes de los Spies, thrillers centrados en las actividades del mercado negro con buenos chicos torcidos por las circunstancias. Aquí, por el contrario, un joven Richard Attenborough encarna a un sociópata vicioso, misógino y brutal, aficionado a las navajas y que no tiene escrúpulos en manipular a una pobre chica hasta empujarla al suicidio por su propios intereses. La película transpira autenticidad y nervio, al puesta en escena es de un barroquismo absorbente y  la conclusión irónica y demoledora. El artículo sirvió, además, como ejercicio memorialístico sobre las particularidades del cine criminal británico.

 La cárcel del norte del Japón: 10/05/2011

Clásico del cine popular japonés y una de las piezas clave para la formación icónica de Ken Takakura como epítome del criminal honorable, el yakuza trágico que marcó la década de los 60. Primer entrega de una saga que supone uno de las títulos más felices del gran Teruo Ishii, desbordante de inventiva, economía narrativa y estilo para disimular su bajísimo presupuesto. Cuenta las peripecias de un joven yakuza encerrado en la prisión más dura del Japón y las dificultades que su vida anterior le plantean a la hora de una posible reinserción, en especial cuando se vea envuelto a la fuerza en un fuga a través de los inclementes paisajes nevados del norte del país. El texto, personalmente de los mejores aparecidos, trata de seguir desentrañando la abigarrada política de géneros y productoras del apasionante cine japonés de la década, además de dejar apuntes sobre las carreras de sus singulares director y actor principal.

 

El rellume XII: 26/05/2011

Una pieza deliciosa, juguetona y sexy que supone uno de los trabajos más divertidos de Rene Clement bajo cuya superficie de thriller ingenioso y maligno late una reflexión sobre las apariencias y lo roles de dominio. Todo enmascarado bajo el aspecto, sinuoso, barroco, de un relato pulp. Jane Fonda y Alain Delon están radiantes en blanco y negro, contagiando a todo el film de su aura erótica. Las generosas dosis de humor negro y la antológica banda sonora jazzistica de Lalo Schiffrin redondean un artefacto que, por desgracia, pasó fugazmente por aquí.

La vieja religión: 06/05/2011

Una de las incursiones del año en la cara b del horror británico y un film por completo fascinante, riquísmo, film paranoico-esotérico que aúna los talentos del novelista Fritz Leiber, el también escritor Richard Matheson y los fundamentales guionistas Charles Beaumont y George Baxt con los del reivindicable realizador Sidney Hayers, todos ellos nombres recurrentes de un cine que está, afortunadamente, siendo redescubierto en estos momentos y de un alternativa consistente al dominante imperio Hammer y sus derivados. Sobria y desprovista de las formas externas más reconocibles de la ficción gótica, utiliza con mucha inteligencia la idea de una magia cotidiana enfocada sobre las mezquindades de clase. La racional Inglaterra contemporánea está surcada de ritos paganos y poderes ocultos que no son ejercidos por fantabulosos nigromantes o tétricas brujas, sino por apacibles mujeres desde agradables casas en las que se juega los viernes a las cartas o desde los despachos de exclusivos colleges. Losey meets horror.

PortSaid – Durban : 04/07/2011

Publica simultáneamente aquí y en Cinearchivo con motivo de su salida reciente en DVD parece que el sino de Mackendrick sigue siendo al indiferencia. Penúltima de sus películas y no una de las mejores sencillamente porque todas ellas son las mejores. El punto de vista y la psicología infantil asumidas con un rigor y capacidad e penetración formidables dentro de un relato aventurero-iniciático canónico. Como siempre en su autor la historia está llena de aristas y espinas mientras la inocencia revela su verdadera capacidad destructora. Emocionante de verdad, sin afectación alguna y con un Edward G. Robinson prodigioso.

 

El rellume XIV: 28/08/2011

Un curioso thriller psicológico de trabajada textura visual que escapa del esteticismo gracias ala capacidad de su director, Gabe Ibañez, de imbricar estética, psicología y narración en un tono de apreciable homogeneidad. Siendo lo mejor su capacidad para contar/transmitir en imágenes el film bien mereció algo más de suerte, ya que si bien empleaba (en incluso abusaba) de algunas de las claves de este horror español contemporáneo que ya es marca, las afrontaba siempre con un perspectiva personal, distintiva. Fenomenal trabajo de Elena Anaya, sentido del espacio y el paisaje, magníifcas secuencias oníricas y logrado tono amenazador.