Por Beatriz Blanco García
Fuente: La Opinión de Zamora | 15 de julio, 2024
Desde hace nueve años, Marta Puig dirige la Red de
Juderías de España, una entidad que trabaja para poner en valor todo el
patrimonio que dejaron los judíos en el país. Recientemente, ha acudido al
congreso Zamora Sefardí, celebrado en el Parador Condes de Alba y Aliste.
–¿A qué se dedica la Red de Juderías de España?
–La Red de Juderías de España es una asociación
pública que aglutina a ayuntamientos que tienen en común una serie de
patrimonio material relativo a las familias judías que habitaron España antes
de la expulsión. Fueron seis las primeras ciudades las que se pusieron en
contacto en 1995 para empezar a compartir cómo gestionar, investigar y generar
un relato para este patrimonio. Arrancó ahí una labor de reconexión con la
cultura judía, con un trabajo de archivo y de investigación para saber cómo era
el censo, qué puestos ocupaban y todo tipo de documentación relativa a su día a
día, desde compraventas hasta defunciones, matrimonios, juicios y toda la
documentación que se consiguió encontrar respecto a la presencia de judía en
España. A continuación, se pasó a identificar arquitectónicamente la morfología
de la judería y aquellos elementos patrimoniales que merece la pena recuperar,
señalizar y empezar a compartirlo de una manera divulgativa, en primera
instancia con los ciudadanos de la propia ciudad, pero también con el objetivo
de que sea un motivo más para el turismo.
–¿Cuántas ciudades pertenecen a la Red en la
actualidad?
–Hay 21 municipios en la agrupación, una cifra que
sigue creciendo. Precisamente en este 2024 se inicia un nuevo proceso de
apertura para aquellos que quieran formar parte de la red, tras el último, que
se produjo en 2018, con la unión de Lorca, Sagunto, Tui y Béjar. Se esperan las
candidaturas entre octubre y navidades y, a lo largo de 2025, se incorporarán
nuevos socios.
Hay 21 municipios en la agrupación, una cifra que sigue en crecimiento
–¿Qué tienen que aportar?
–Primero, se presentan aquellas que dispongan en
primera instancia del informe positivo de la comisión técnica, que luego se
eleva a la asamblea. Para ser miembro de la Red tiene que tener la aprobación
por mayoría de los miembros de la asamblea, que son los alcaldes de cada una de
las ciudades que conforman esta entidad.
Valor en alza
–¿Qué valor tienen las juderías en España?
–Desde que se ha iniciado la labor de poner en valor y
de acercar turísticamente este producto a la ciudadanía, nos hemos encontrado
con enormes sorpresas. Que la aportación de la comunidad judía durante más de
diez siglos en España fue tan importante que el hecho de que no se haya puesto
en valor hasta ahora ha sido, primero, fruto de la ocultación y segundo, por
puro desconocimiento. Existen personajes importantísimos, aportaciones de todo
tipo que pasan por el descubrimiento de América y tantas otras cosas relativas
a la astronomía, la medicina, las artes, la filosofía o la literatura. Es
decir, fueron realmente brillantes en muchísimas áreas que constituyeron la
base de que España fuese una potencia europea. Recuperarlo significa para
nosotros reconectar con raíces que son nuestras.
–Así que, no estamos tan alejados como pueda parecer.
–Los judíos no son ellos y nosotros somos nosotros,
sino que hemos empezado a entender que en nuestro ADN hay una parte
importantísima de cultura judía, porque comenzamos a reconocernos en sus
costumbres y en sus tradiciones. Hemos empezado a identificar qué fuerte tuvo
que ser la influencia judía porque, a pesar de cinco o seis siglos de absoluto
oscurantismo, permanecen. Y permanecen, primero, por la diáspora, que es un
hecho humanístico realmente desconocido y de un valor incalculable.
Su importancia en España
–¿Cómo fue la vida de estas personas fuera de España?
–La comunidad judía se expulsa en su totalidad del
territorio de España y Portugal y ellos empiezan a rehacer sus vidas en otros
países, pero siguen manteniendo el cordón umbilical, con una relación no de
odio ni de rencor, sino de amor y de sentimiento de pertenencia a este país. De
hecho, en España se empieza a recuperar la cultura sefardí porque diplomáticos
y militares en el extranjero escuchan en países muy extraños a gente hablar el
español de Cervantes. Es decir, que se había ido conservando generación tras
generación.
–Los objetivos de la Red hoy, de manera casi
involuntaria, van mucho más allá de los que se planteó en un momento inicial.
Ahora representamos la vuelta a la convivencia, el regreso a la comunidad judía
a España. Representamos un poco lo que simbolizaron, como digo yo, las calles,
las puertas y las ventanas de las casas en las que vivieron los judíos antes de
ser expulsados. Y, en el fondo, también es una labor de memoria histórica que
desde el extranjero se valora muchísimo, porque el sefardismo no es una cultura
muerta. Existen comunidades sefardíes en todo el mundo, que ahora miran a
España como un lugar apetecible e interesante para volver, agradeciendo cómo
hemos sido capaces de perdonar esa parte de nuestra historia y volver a
reconectar con la cultura judía.
Las posibilidades de Zamora
–Ávila, Béjar, León y Segovia son lugares de Castilla
y León que pertenecen a la Red de Juderías, ¿tendría Zamora posibilidades de
entrar también?
–Yo sí creo que Zamora tiene suficiente patrimonio
material e inmaterial como para formar parte de la Red. En cualquier caso, es
el propio Ayuntamiento quien tiene que entender que su política cultural y
turística encaja con este proyecto. Nosotros, a partir de este lunes publicamos
las bases y en qué va a consistir el proceso, así que, si el Ayuntamiento lo ve
interesante, esperamos su candidatura con los brazos abiertos.
–Mientras tanto, acaba de finalizar el congreso Zamora
Sefardí, al que ha acudido por primera vez. ¿Qué impresión le ha causado?
–Era una asignatura que tenía pendiente y me ha
encantado ver el número de gente que ha asistido al congreso y la calidad de
las ponencias. La Red de Juderías tiene que estar presente, para alimentarnos y
ayudarnos mutuamente. Por nuestra parte, le damos toda la difusión que podemos,
independientemente de que Zamora esté o no en la Red.
–¿Todavía queda camino por recorrer para apreciar el
patrimonio judío que existe en España?
–Todavía estamos lejos del objetivo de que todo el mundo sepa sobre este pasado, pero también es cierto que, en esta última década, hemos visto un cambio abismal. En España, prácticamente no se podía decir la palabra «judío» en alto hace treinta años, es un sector hacia el que miramos todavía con algo de miedo. Pero lo cierto es que tenemos más de 28 juderías en España señalizadas de manera homogénea, con nuestro logo de bronce en todas las calles. Hacemos actividades en las calles, festivales culturales, programas con colegios, viajes de prensa y promoción internacional, con lo que hemos avanzado mucho, ya hay mucho menor desconocimiento de que existe una importancia en nuestra historia que viene marcada por la comunidad judía. La percepción que yo tengo es que es un mundo que interesa muchísimo y hay muchísima expectación por conocer más.