O eres de vinagre o no lo eres. O te gusta el sabor ácido o no te gusta. Creo que no hay termino medio. A mi me gusta. Me encantan los pepinillos y los encurtidos en general y creo que dan mucho juego en la cocina. Dan un contrapunto riquísimo por ejemplo a unas lentejas, unos garbanzos, a una hamburguesa…
Y, lo mejor de todo, son muuuuy fáciles de hacer en casa y el resultado es buenísimo!!.
Hoy es Lunes, así que nada de complicarnos. Vamos con una receta fácil para empezar la semana.
Importante: Yo tenía unas zanahorias pequeñitas así que no las he cortado.
INGREDIENTES (mas o menos, al final depende de vuestro gusto)300g de Zanahoria1 Cebolla roja (opcional, pero me encanta el color que le da)Una cucharada de semillas de hinojo1 hoja de laurel2 dientes de ajoPimienta negra en grano200ml de vinagre de manzana o de vino blancoSal
ELABORACIONLavamos las zanahorias y las cortarmos en tiras o rodajas finas, de 3 o 4 milímetros. En una olla con agua hirviendo, las blanqueamos durante 3 minutos. Escurrimos y refrescamos con agua muy fría. En otra cazuela, mezclamos el vinagre junto con 150ml de agua y todas las especias y llevamos a ebullición. Dejamos cocer durante 3-4 minutos.
Escurrimos las zanahorias y las colocamos en el tarro donde las vayamos a guardar. Cortamos la cebolla en rodajas y las ponemos también. Vertemos la preparación de vinagre caliente y tapamos.
Debemos esperar al menos un par de días antes de consumir y tener guardado en la nevera.