Pero las traiciones de Zapatero no acabaron ahí, continuo traicionando al gobierno legítimo de España, traicionando a Jose Mª Aznar cuando fue a Marruecos a reunirse con Mohammed VI sin previa comunicación al gobierno de España y en plena crisis diplomática entre España y Marruecos. Allá que fue el cejudo innombrable a reunirse con Mohammed porque a este le da igual, a este sólo se importa él mismo y sus circunstancias.
Después llegó a la presidencia del gobierno de España de la forma más abyecta, vil y miserable que se puede llegar, llegó a la presidencia del gobierno tras haberse perpetrado el peor atentado de la historia de España, y yo estoy seguro que a este aún así le dio igual, estoy seguro que lo que más le importó fue haber conseguido la poltrona que tanto ansiaba.
Casi ocho años estuvo gobernando, bueno si a lo que este hacía se le podía llamar gobernar. En esos ocho años se cargó España, arruinó el país, se hizo amigo de los terroristas etarras y dejó medio hundida la unidad de España. Con todo ese bagaje se retiró, o todos creíamos que se había retirado a lo de contar nubes y esas cosas. Pero no, lo que hizo el inútil fue dar un paso atrás hasta que la cosa amainara, lo que hizo fue callarse hasta que los efectos de su escandalosa gestión de gobierno fueran más o menos olvidados y ahora le tenemos de vuelta. Y le tenemos de vuelta para seguir escuchando sus imbecilidades de siempre, pero ahora con una diferencia, ahora va de ex presidente del gobierno por la vida y va de sabelo todo y de dar consejos, consejos de un simple.
Pero al simple sus feas y malas costumbres no se le pasan y como se cree más que nadie ahora ha decidido intentar hundir su partido todavía un poquito más de lo que lo hundió. No es que me importe que el PSOE se hunda, el mejor PSOE es el desaparecido, pero hay que ser miserable para traicionar así a tus compañeros, hay que ser miserable para traicionar a quienes hace cuatro día hacían la ola a tu paso y besaban el suelo por el que pisabas. Hay que ser miserable Jose Luis. Y a ti Pedro, ¿que decirte? Que hay que ser tonto, que vayas a hacerte otra vez la foto de la ceja que me parto y me mondo.