La reunión del top 37 de los más boyantes empresarios de España, ha supuesto la constatación del golpe de estado del capital. Si hace tan solo unos días observaba perplejo en Irlanda el rescate de acreedores privados, con fondos públicos (revisión del milagro de los panes y los peces) ahora vivimos en nuestras propias carnes a estas gentes que harían palidecer de envidia al mismísimo Tejero. Se preguntará este señor, cómo sin pegar un solo tiro han conseguido que el estado democrático se pliegue a sus exigencias, es más, se preguntará y no sin razón, cómo se hace para que a uno lo invite el presidente del propio país a darlo.
Emilio Botín (derecha), "uno de los nuestros"
El cónclave, es una muestra más de la prepotencia del capital, que cada vez se muestra más autoritario y beligerante ante cualquier forma de control por parte de los gobiernos que quieran meter a los mercados en vereda.
Este elenco de empresarios, han ido a tomar el té con pastas a la Moncloa, invitados bajo el criterio de mayor volumen de facturación. Ya puestos a gobernar con un gabinete extraparlamentario no electo, podían haber introducido otros parámetros a la hora de la invitación a la mesa y mantel gubernamental. Se me ocurren algunos a bote pronto, empresas con mayor número de trabajadores (las PYMES, son las responsables de más del 70% de los puestos de trabajo), empresas que ofrezcan un trabajo de más calidad, etc..pero no. El paso de la democracia a la plutocracia requiere la presencia inexcusable de Emilio Botín y adlaráteres más o menos adinerados: quién tiene el dinero, manda…y cada vez más.
No dudo de que Botín o Amancio Ortega tengan sus problemas y seguro que yo no sería capaz de gestionar sus inmensas fortunas cómo ellos lo hacen, lo que sí cuestiono es su legitimidad como interlocutores sociales, sí que ostentan el derecho a opinar, pero sus propuestas no se merecen más respeto y representatividad que las del resto de los ciudadanos o, en este caso, de los representantes de estos, los partidos políticos, sindicatos, etc.. Hasta dónde yo sé, no se convocan elecciones al Santander, Corte Inglés, Inditex, BBVA, los pareceres de estas personas, sólo obedecen a sus propios intereses, eso sí, en los tiempos del neofascismo, son opiniones a seguir a pies juntillas por parte de los gobiernos. A la reunión se le ha puesto la careta de tratar de mejorar la competitividad de las empresas españolas en el extranjero, este planteamiento no estaría mal, si tus compañeros de mesa no fuesen dueños de empresas que van como un tiro, ¿es que acaso Zara necesita ayuda en su expansión internacional, o el Santander, o Repsol?. Seguramente, no son estas empresas las que necesiten tutela y comprensión estatales para sostenerse.
Pues bien, este sábado, la Moncloa se ha convertido en un consejo de ministros “de facto”, dónde el jefe del ejecutivo no era tal, era más una conversación entre colegas, mejor dicho, los jefes eran ellos y ZP era un mero subordinado, al que sus jefes leyeron la cartilla. Supongo que en los postulados del PSOE, en origen el diálogo social no era esto, desoír a millones de ciudadanos protestando contra la reforma laboral y la congelación de las pensiones el 29 de septiembre y por otra banda comprometerse, ante las personas con más ceros en la cuenta corriente de toda España, a aplicar sin dilación las reformas contra las que los anteriores, más, pero pobres, han clamado.
Imagen extraída del Blog "Territorio Vergara", diario Público
Se ve que esta representación top de nuestra sociedad, se impacienta porque la maquinaria de abolición del estado del bienestar, no marcha todo lo rápido que ellos quisieran, la existencia de una administración autonómica (la han calificado de “juerga autonómica”), o que la gente tenga la desfachatez de querer jubilarse cuando se hace mayor y lo que es más grave, que el sistema de pensiones siga siendo público y no privado, supone un escollo insalvable para el crecimiento económico. Aquí os dejo un artículo, dónde se ahonda en mi preocupación por la desafección entre lo que deciden los ciudadanos en las urnas y los que realmente toman las decisiones: “LOS MERCADOS” ese ente superior e insondable.
Que tenga cuidado Mariano Rajoy que el gobierno socialista se ha empeñado en quitarle el trono de la derecha española que, hasta ahora, se habían ganado a pulso. Que no permita que estos arribistas le coman su parte de pastel electoral, aunque, siempre estará a tiempo de organizar otra reunión con los 10 empresarios más acaudalados, que 37 personas son muchas y los tacharán de poco exclusivistas.
Con este panorama es obvio que al PP, le interesa y mucho un adelanto de las elecciones, a ver si para cuando le echen el guante a la Moncloa, ya se han quedado sin tareas que llevar a cabo. De todos modos, confío en su creatividad, la falta de ideas no cundirá entre las filas populares.
Se dice que las nuevas metas impuestas al gobierno (nada más que una antesala de las nuevas metas que están por venir), servirán para aplacar la incertidumbre de los mercados. Estaría bien, que para variar, de vez en cuando, alguien se preocupase por aplacar la indignación de los ciudadanos.