Breivik crítica políticas zapateristas como la Alianza de Civilizaciones y la cobarde retirada de las tropas españolas del escenario bélico de Irak y escribe que el nombramiento como ministra de Defensa de “una mujer embarazada” -se refiere a Carme Chacón- fue una burla del presidente español a las Fuerzas Armadas y que con ello pretendía indicar "que no tenía intención de defenderse" frente a los musulmanes.
Las críticas de un despreciable asesino como Breivik no prestigian a Zapatero porque esas críticas son compartidas en el mundo no sólo por muchos extremistas y violentos, sino también por muchos que aspiran a vivir en una sociedad democrática y decente, exenta de abusos de poder, de corrupción, de arbitrariedad y de arrogancia política.
Las abundantes alusiones críticas de Breivik a Zapatero y su gobierno hunden todavía más a los actuales socialistas españoles, convertidos en símbolo universal de lo que una política moderna jamás debe hacer: castigar a su pueblo con la pobreza, Las alusiones de Breivik a Zapatero coinciden con muchas de las críticas que el hoy desahuciado político recibe en España, donde le atacan los demócratas, los que han perdido sus empleos y empresas como consecuencia de sus desastrosa política económica y los que se resisten a permanecer impasibles mientras Zapatero y su gobierno despliegan cobardía frente a otras culturas y destruyen los valores y principios sobre los que se sustentaba la nación española.