“Trabajaba en casa de Sonsoles y José Luis unas seis horas al día y ni me hicieron contrato ni me dieron de alta en la Seguridad Social. Me pagaban en negro”. La denuncia corresponde a Isabel Laranjeira, una portuguesa de 48 años que lleva casi 30 en España.
En el verano de 2001 trabajaba en la casa de una amiga de Sonsoles Espinosa, que fue quien se la recomendó a la esposa del hoy presidente. Al superar las 80 horas mensuales que dicta la ley sus empleadores debieron darle de alta, pero no lo hicieron. “Me pagaban entre 60.000 y 70.000 pesetas”, relata Isabel a LA GACETA.