Después de escribir sobre la parresia o el decir la verdad al ciudadano, aunque sea políticamente costoso, alertado por lo escrito por José Antonio Zarzalejos (Mentiras bellacas (EA4)), acerca de los modos mentirosos de hablar del presidente Zapatero, ahora descubro -precio que paga el ingenuo- que hay más asuntos negros pintados de blanco por Zapatero y su gobierno.
Leo a Luis María Anson que -según revela Paloma Cervilla en ABC (El Gobierno pagó 11 millones de dólares por la liberación del atunero «Alakrana» en 2009)- Zapatero y su gobierno también mintió (mintieron) sobre el pago por los marineros del barco Alakrana:
(...) Incapaz de decir la verdad, de afrontar el desgaste que, ante la opinión pública, sobre todo la mundial, suponía la maniobra negociadora, el presidente Zapatero mintió.
Descubierta ahora la realidad de aquella operación, parece obligado que se exijan responsabilidades al presidente y a los ministros que intervinieron en la sucia operación, entre ellos a Carmina Chacón, que afirmó en su día: “Lo dijimos una y muchísimas veces, el Gobierno no paga rescates”.
No creo que Zapatero sea incapaz de decir la verdad. El problema es que -no olvidemos su insistente parodia de la sentencia evangélica "la Verdad os hará libres"- para Zapatero sucede que la verdad está condicionada, porque -dice- "la libertad os hará verdaderos".
Y así resulta que la verdad es algo que -al margen de la moral y de la realidad- cambia según deje más o menos las manos libres para hacer lo que en cada momento venga en gana, eso sí "como persona y como ciudadano", que dicho con la habitual prosopopeya suena como muy comprometido y tal: al menos así dijo en aquel ya lejano Desayuno de Oración con Obama en Washington.
Total, que ni Zapatero miente ni su gobierno paga rescates. Y eso sin mencionar -sería quizá demasiado para Chacón o Zapatero- a Epiménides el cretense y su paradoja falsídica ("Todos los cretenses son unos mentirosos"), que bien sabemos es un razonamiento incorrecto...
Ah! Se me olvidaba: esta paradoja puede resumirse (según Michel Foucault) así: "Miento. Hablo".