La política, cada vez más hueca, falta de ideas e incapaz de recuperar la credibilidad perdida entre la ciudadanía, se frivoliza día a día, rozando el absurdo. La revista francesa “Madame Figaro” considera a Zapatero uno de los veinte hombres mejor vestidos del mundo. No está mal. Tenemos un pésimo presidente, pero, al menos, es elegante. El magazine galo habla de “toque chic” y “estilo clásico”, en un alarde de palabras vanas, que terminan por sonar rídiculas en un país castigado por la crisis, el desemplo y los recortes sociales. ”Madame Figaro“ asegura que la imagen de Zapatero presenta “cero defectos”. Es evidente que quienes elaboran esta lista del glamour y el buen gusto no toman en consideración los valores y los principios, que son secundarios ante el corte del traje, el color de la corbata, la caída de ojos o la raya del pelo.