Un zapato es un accesorio de calzado hecho con la intención de proveer protección y confort al pie humano mientras realiza actividades varias.
Admito que el concepto genérico, se ha desvirtuado un poco…Bueno, “un mucho” si abres mi armario y ves mi colección de zapatos de tacón de 9 a 15 cm… Es posible que mis stilleto me provean de protección pero… lo de confort…Eso ya te digo yo que no.
25% de las mujeres españolas tienen más de 20 pares zapatos
Mi nombre es Manoli pero me hago llamar Sko , que significa “zapato” en noruego. Trabajo en una zapatería y tengo un blog especializado en zapatos. Como no podía ser de otra forma, adoro a los fetichistas de zapatos y he tenido dos relaciones serias que han acabado por desacuerdos evidentes en el tipo de zapato que debía protagonizar el acto fetichista. La culpa fue del Modelo Tobogán y el Modelo Tirachinas.
Los tengo guardados en una caja…No los quiero ni ver. Ahora, después de mucho tiempo sola, he iniciado una relación que me ilusiona pero… Eso…Eso puede acabar con mis expectativas.
Eso. Me aterra porque me está empezando a gustar de una forma apasionada que merma mi control…
Durante meses, he navegado por la red, empapándome de información para mi blog y buscando los zapatos perfectos para mí. Es algo a lo que me he dedicado toda la vida y , hace sólo unos meses, creí que ya los había encontrado…
Estos fabulosos Jimmy Choo a un precio chollo que me escandalizó por irreverente. Toda una infamia de precio en el mundo de los zapatos top…La mujer que los vendía, se los había puesto dos veces y se deshacía de ellos por incomodidad y…una sensación rara… Yo me los probé y mis pies encajaron como un guante. Fue calzármelos y sentir que algo cambiaba en mi interior pero no me sorprendió demasiado…Ese es el poder de un buen zapato… Te hace sentir poderosa. Y más, si es uno de estos…Ya , físicamente, es imposible encogerse. Con un par así, todo se yergue y tu centro de gravedad se desplaza hacia delante. La parte inferior de la espalda, la espina dorsal y las piernas parecen alargarse y las pantorrillas y los tobillos se realzan. Y psicológicamente…Ya os lo he dicho : poder, marcar el paso.
Hasta aquí todo normal. Yo encantada con mis Jimmy Choo y la vida, de nuevo prometedora, ante el nuevo amor que llamaba a mi puerta. O mejor, a mis zapatos. Este hombre era perfecto. Además de tierno y detallista, estaba enamorado de todos mis pares. Era un obseso de los zapatos hasta el punto de diseñar algunos , especialmente para mí y para nuestros jueguecitos de alcoba…No me preguntes por qué pero mantuve mi nuevo par escondido…Fue una cosa extraña. Como una intuición pero, como con el súper modelo “Police woman” ya iba funcionando el tema, dejé mis Jimmy Choo en una caja opaca , a salvo de miradas indiscretas. Era mi tesoro…
La primera noche, cuando oí que me los zapatos me llamaban, me aterroricé hasta el punto que no fui capaz de salir de la cama, hasta que la luz entró por la ventana de la habitación. Pensé que me había vuelto loca pero, al abrir la puerta del mueble zapatero los oí susurrar: Sko, Skoooo….Una fuerza sobrenatural me obligó a ponerme los zapatos. Y no sé cómo, por qué no recuerdo nada de lo que pasó después, me vi con mi bata de guatiné de las mañanas ( la de Manoli) y los taconazos de Sko ( mí , ya definitiva, otra personalidad), caminando con paso firme y entrando en el edificio de un Centro Médico especializado en podología…
A la mañana siguiente, leí el suceso en la prensa:
“Podólogo asesinado. Parece que su corazón fue atravesado por un objeto punzante que, casi con seguridad , a falta de confirmación de fuentes policiales, podría ser un tacón de un zapato femenino. El afamado médico advertía de los peligros del tacón:
A corto plazo, las consecuencias para la salud de este tipo de calzado son: pies y dedos doloridos, callos y ampollas, y, combinados con el alcohol en una noche de fin de semana, caídas, esguinces de tobillo y fracturas.
A largo plazo: agarrotamiento permanente de los dedos, callos para toda la vida, juanetes y el tendón de Aquiles se encoge y provoca que sea difícil andar con un zapato normal.
Mi parte de Sko se sentía complacida pero, Manoli que parecía ser la dominante en las primeras horas de la mañana, estaba preocupadísima. Lo que hice fue sacar los zapatos de la caja y me quedé horrorizada al ver la sangre y tejido incrustado en el tacón derecho. ¡Qué asco, por Dios!. Ni que decir tiene, que cogí la vaporetta y limpié el tacón, hasta dejarlo reluciente de nuevo…Y volvió a pasar. Sentí que los zapatos me llamaban y me los calcé…Esta vez, con mis Jimmy Choo le seccioné la yugular a un ciudadano chino que obligaba a su hija a la práctica del “pie de loto”, vendándole el pie para que adquiriera siete centímetros de altura y un pie atrofiado, como si calzaran zapatillas de ballet…Volví a leerlo todo en el diario, al día siguiente…
Y así han pasados los meses. De vez en cuando, los zapatos me llaman y Sko se lo pasa bien y Manoli lo pasa fatal…matando. Ahora, me estoy descontrolando. Lo noto. Los asesinatos se suceden: un diseñador de zapatillas deportivas, un payaso de circo llamado “Zapatones”, un actor que hacia el papel del Príncipe en La Cenicienta…y mi amor, mi novedoso e ilusionante amor, que ha encontrado mis zapatos y que me pide que me los ponga para él…
Así que…yo estoy perdida. Y, él…él mi amante, estará muerto. Y como aún hay mucha Manoli en mí, quiero confesar , para que alguien me detenga y destruya ese bello y maldito par. Yo soy incapaz…
Y si Sko me oye, borrará este mensaje . Está muy alterada. Hace unos días la vi mirando estos zapatos en una shop on line…
Esto, se nos está yendo de los zapatos…
Voy a darle a publicar…Ahora mismo.
Ya los oigo. Ya lo noto…