Zarautz atrae cada año a miles de turistas y surfistas de todo el mundo, antiguamente fue lugar de veraneo de la reina Isabel II que pasaba temporadas en el Palacio de Narros y el paseo marítimo, durante el siglo XIX estaba dominado por caserones y palacetes de la alta burguesia. Poco queda ya de aquello, algún caserón disperso porque la mayoria de las edificaciones ahora son bloques de cinco pisos sin ninguna gracia que le dan al lugar un toque de sitio tipico de veraneantes, en una esquina de la playa se encuentra el restaurante de Karlos Arguiñano (también es hotel) un gran edificio de piedra con aspecto de castillo.
La situación desde luego nos pareció inmejorable, justo encima de la playa y con la vista del famoso islote con forma de Ratón en Guetaria.
Desde esa terracita circular graba Karlos los programas en verano
entrada del hotel
El edificio en su planta baja tiene una pequeña barra de bar, una terracita informal para tomar una cerveza o el café frente a la playa, y el restaurante propiamente dicho, separado con unos biombos del bar (eso me chocó bastante) y eso si, con unas fantásticas cristaleras a la playa
No se porqué yo me había hecho a la idea de que el restaurante era algo mas lujoso, y, aunque en un principio me decepcioné, lo que si que está claro es que aqui el auténtico lujo es la comida y la amabilidad del personal. Que nadie espere ver a Karlos Arguiñano (quizás si durante el invierno) pero si están sus hijos.
Cuando nos fuimos, los dos estuvimos de acuerdo en que realmente el restaurante responde perfectamente a la filosofia de Arguiñano: su restaurante es una "casa de comidas", su casa, donde da de comer con muchisimo cariño y mucho arte. Nada de lujos superfluos.
943 13 00 00www.hotelka.es