Zardoz reproduce, una vez más, el motivo del bárbaro morlock que se introduce en las comarcas virginales de los Elois (cuya última versión es Elysium (2013)). La historia está planteada del siguiente modo:
en el año 2293 hay una especie de oasis para una raza superior e inmortal, un "elysium" para científicos e intelectuales, llamado Vortex, y lo que queda afuera, es decir, lo que queda del mundo, está habitado por lo que queda del homo sapiens en estado barbárico, los "salvajes". Hay, sin embargo, una raza intermedia de guerreros llamados "los exterminadores", que se dedican a matar a los bárbaros para purificar el planeta de esta plaga llamada "humanidad". Estos exterminadores están controlados por un falso dios, Zardoz, inventado por uno de los inmortales para azuzar a aquellos contra los "salvajes". Zardoz es la cabeza de una estatua gigante que vuela por el aire. Es bastante desconcertante, como podría serlo un dios que habla a sus seguidores y les entrega armas de fuego para su tarea purificadora. El protagonista, Zed, logra colarse en la cabeza voladora, el falso dios, y así se traslada al Vortex, donde habitan los inmortales, generando una conmoción epistemológica entre ellos, quienes adoptan al "exterminador" para su estudio. Poco saben de esta criatura por cuyas venas "corre la muerte", ya que el cuidado de los asuntos del mundo de afuera estaba en manos de un único inmortal, Arthur, quien manejaba la cabeza voladora. Es interesante la interpretación que se hace sobre el papel de Zed, su misión, sobre el final de la película.
Dos cuestiones esenciales, que acaso estén relacionadas, ya que vinculan los dos mundos que la película nos presenta. Una es la sexualidad. En el mundo fuera del Vortex, Zardoz busca esclavizar a los salvajes para que cosechen trigo y, además, busca controlar la población por medio de consignas como "El pene es maligno", "el pene dispara simiente", con las que arenga a los exterminadores al principio de la película. En el Vortex la inmortalidad plantea una situación similar: la sexualidad es vista como una bajeza puramente biológica y el hecho de que la reproducción sea obsoleta condena el sexo al olvido. Esta inmortalidad es la otra cuestión. El Vortex adolece de una atmósfera claustrofóbica por esa misma cerrazón que paradójicamente otorga la eternidad: ya nada puede esperarse, nada nuevo bajo el sol, es el "Fin de la Historia" (lo mismo para las Tierras Lejanas, el resto del mundo, donde reina el caos y la barbarie). La infertilidad como la pérdida de un norte histórico, social, que va aparejado siempre al riesgo de la finitud, ¿es la consecuencia de la inmóvil utopía del Vortex o la inmortalidad en el Vortex es una figuración del callejón sin salida del capitalismo tardío, cuyos rasgos más específicos comienzan a establecerse desde finales de los '70? Esta pregunta, que dejo suspendida, es pertinente si recordamos que los conceptos de utopía y distopía son inseparables del de sociedad...