Madrid en fiestas aunque para la música siga siendo la capital, con espectáculos diarios y para todos los públicos. Un lugar que no suele faltar en mis escapadas es la fundación de la calle Castelló, en pleno barrio de Salamanca, de cuya dirección musical se encarga mi admirado Miguel Ángel Marín, esta vez para un merecido homenaje con un concierto que repasaba dúos y romanzas de zarzuela donde la saga Fernández-Shaw se ocupó de los libretos, parte esencial en este género tan nuestro porque no sólo es encontrar los textos sino adaptarlos para ser cantados, de ahí la habitual colaboración de dos libretistas como iremos comprobando. El legado de esta familia se encuentra en la Biblioteca de la Fundación Juan March y se celebran ahora los 50 años del fallecimiento de Guillermo, licenciado en Derecho como su padre Carlos además de periodista en La Época antes de dedicarse a los libretos de zarzuela que hasta 1950 firmaría junto al ovetense Federico Romero. Del hilo argumental en este espectáculo ameno, entretenido y que colgó el cartel de aforo completo se encargó precisamente Carlos Crooke, cual libretista que nos iba narrando argumentos con una mesa y una silla como taller de trabajo de todo escritor, además de cantarlos y escenificarlos con la soprano extremeña Carmen Solís y el talento pianístico de Aurelio Viribay, no ya acompañante o director sino auténtico maestro para muchos artistas de nuestro panorama lírico y trabajador incansable en recuperar veladas como esta matutina de "Los sábados de la Fundación".
Guridi escribe su obra "El Caserío" con libro de Guillermo y Romero, eligiéndose el dúo Cuando hay algo que haser para abrir boca con dos voces que funcionarían a la perfección también por separado, y su conocida romanza de tenor Yo no sé qué veo en Anamari, algo más dura para un tenor cómico como Crooke aunque Viribay mimó la partitura de principio a fin.
Volvía el tándem Fernández-Shaw - Romero para una de las zarzuelas más representadas como "La canción del olvido" (Serrano) y la famosa romanza Canta el trovador, que Carmen Solís bordó con gusto arropada por el terciopelo pianístico de Aurelio Viribay.
P. D. El audio del concierto está disponible en este enlace de la propia Fundación sólo hasta el día 16 de junio de 2015.