En cuanto a la Titanomaquia, en el texto hesiódico, para Eliade supone una reorganización del cosmos griego, por la cual Zeus adquiere un carácter de dios creador que originalmente no poseía. Sin embargo, esa obra de reorganización encontrará resistencias y obstáculos desde los diferentes seres que, venidos de Urano y Gea, se le opondrán, como manifestación del poder de las divinidades primordiales ante un orden nuevo. También se produce esta resistencia en la teomaquia mesopotámica (Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X).
Tras la titanomaquia, Zeus queda como señor supremo de los tres órdenes cósmics, que reparte entre otras divinidades: Poseidón, el océano; Hades, el inframundo; él mismo, la tierra y el Olimpo. Una vez asentado, fecunda a diversas divinidades femeninas, de las que tiene numerosa descendencia. Son uniones del dios de la tormenta con divinidades terrestres y diosas locales pre-helénicas, mediante las cuales se realiza una simbiosis esencial en el desarrollo de la religión griega, pasando del localismo al panhelenismo, a la vez que servirá para preservar todas aquellas divinidades arcaicas pre-indoeuropeas (Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X).
Zues es un dios indoeuropeo que se impone sobre las figuras anteriores, un dios supremo, "algo más que el dios de cielo inmenso, es el padre de los dioses y de los hombres [...]. Zeus es el éter. Zeus es la tierra. Zeus es el cielo. Sí, Zeus es todo lo que está por encima de todo" (Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X, citando a Esquilo), y es omnipotente, gobierna por encima de todas las restante divinidades ( Ilíada, VIII 17 ss, con referencia al tema de las cuerdas doradas, ediante las cuales Zeus gobierna el movimiento del cosmos y sus pobladores; Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X).
La victoria de Zeus sobre el resto de los dioses olímpicos relegará a las divinidades primordiales a funciones modestas, oscuras y marginales, pero necesarias en el funcionamiento del cosmos: Noche, Ponto (mar), Estigia, Océano e incluso Cronos, que será finalmente reinstaurado por Zeus cuando no represente ningún peligro, y alojad como rey en las Islas de los Bienaventurados (Eliade, Historia de las creencias..., vol. 1, cap X).
Esto aún no es monoteísmo, pero en Zeus se postulan los elementos que luego serán propios del dios monoteísta. Y Jenófanes lo verá.