La gestión interna del ayuntamiento de Sevilla consume ingentes recursos de las arcas municipales. En los últimos tres años la cifra se ha situado en torno a los 450 millones de euros cada ejercicio. La clave de este capítulo de las cuentas del consistorio se encuentra en la manera de gastar ese dinero.
El alcalde, Juan Ignacio Zoido, se proclamó paladín de la austeridad y se jacta cada vez que puede de “predicar con el ejemplo”. Un examen detallado de las cuentas municipales pone de manifiesto que tal aseveración es una verdad a medias y que, lo que en principio parecía una necesidad obligada, se ha convertido por la mala praxis en una manifiesta injusticia.
Si a la obligación por ley de mantener la tasa de reposición a cero le sumamos esa manera arbitraria de repartir un presupuesto similar en su cuantía desde hace tres años, lo que se desvela es una estrategia encubierta de adelgazamiento y elitización del sector público sin justificación aparente. Y todo ello adornado mediante la aplicación de unos supuestos criterios de “profesionalidad y eficiencia” que dejan bastante que desear y una contabilización de los conceptos que no facilitan precisamente la fiscalización y transparencia de las cuentas públicas.
La tan anhelada austeridad de Zoido ha traído consigo una bestial ola de recortes que no ha impedido que se el alcalde se permita ciertos dispendios, como el incremento del número de directivos y cargos de confianza y que los funcionarios de alta graduación sean los menos afectados por los recortes. En el ayuntamiento de Sevilla, como en todo el país, el más débil también se lleva la peor parte.
De todo esto y de mucho más os hablamos en “Mareando al personal”, el análisis de sevilla report sobre la gestión interna de la casa consistorial sevillana que estamos realizando con los compañeros de sevilladirecto.com. Espero que os guste.