No tengo ninguna duda en afirmar, que los gazpachos están presentes en muchas de nuestras mesas durante el verano.
Desde que llega el calor, lo cierto es que apetecen. Y bien espeso como sopa o más aguadito en vaso, te lo tomas bien fresquito y te quedas en la gloria. En casa suelo hacer el clásico y si te digo la verdad, aunque de unos años para aquí, los chefs han ido popularizando las recetas con la inclusión de frutas como sandía o cerezas, en éste sentido soy poco innovadora y al final siempre me decanto por el gazpacho tradicional.
Ésta variante es nueva para mí, pero no en Málaga y su provincia. Allí es todo un clásico.
Desde que lo vi en el blog de mi querida amiga Sonia {Cocinando voy, Recetando vengo} me lo llevé al rincón de pendientes inminente. Y tan inminente como que al día siguiente ya lo tenía hecho. No fallé en el pronóstico, está delicioso y lo he repetido muchos días.
Así que Sonia, nuevamente darte las gracias por compartir la receta. Sabes que me encanta tu cocina y que no es la primera receta que nos hemos copiado, ni será la última ¿verdad?Lo más característico de este gazpacho, es que se utilizan verduras de color rojo: tomate, pimiento rojo y zanahoria. No lleva cebolla, aunque si ajo; y el añadido del pan le aporta una cremosidad, que junto con un aceite de oliva virgen, hace las delicias del más pintao.La palabra zoque, proviene del árabe " suqat " que significa deshecho u objeto sin valor. Haciendo seguramente alusión a la utilización del pan duro como integrante de la receta.
- El pan lo remojamos en agua.
- Pelamos y troceamos las zanahorias, los tomates los partimos sin pelar, al ajo le eliminamos el centro.
- Le damos marcha hasta que veamos que queda bien batido.
- Pasamos la mezcla por un colador fino, ahí quedan todas las semillas y pieles.
- Añadimos el aceite, y batimos. De esa forma, emulsionamos el aceite.
- Vemos si está bien de espeso o le añadimos más agua.
- Llevamos al frigo, hasta el momento de servir.
No te lo pierdas, merece la pena, y mucho.