Este jovenzuelo jamás comprendió - a pesar de que sus compañeros le endilgaban en su cara -el apodo- a cada momento - que era mal recibida su presencia. Se preguntaba a diario el motivo de esta supuesta difamación y había veces en que se sentía aislado del resto de compañeros, y a solas, en silencio, lloraba su incomprensión. Las chicas que conocía y enamoraba, nunca lo llegaron a aceptar como novio, sin darle ninguna explicación. Jamás encontró solución, en su mente, a todo esto. Para él era un fastidio ir a clases y ser vilipendiado por todos. Durante el tiempo que duro con ellos en el bachillerato, cargo con ese viacrucis, de querer ser un amigo normal de todos o un novio fiel de alguna vecinita, pero jamás pudo conseguirlo. Su frustración lo llevo a perder un año escolar, para -al final de cuentas- cambiar de compañeros y aislarse -de todos y todas- en su cuarto.
Treinta años después al tener conciencia de lo acaecido, no pudo hilvanar porque para el -en esa época- había sido normal no bañarse, oler así y no darse cuenta del motivo de su aislamiento.
Leyendo su artículo —Daniel Pardo en Comunidad Soho: Por que no bañarse— comprendo que nosotros mismos somos incapaces de captar nuestro perfume natural, y pensamos que debemos ser aceptados por obligación y sin remilgos -así como olemos- por la sociedad que nos rodea. Usted, pienso -disculpe mi indirecta o tal vez directa-, es, como mi amigo de la historia, y no lo sabe, un "Zorrillo". Aquí entre nos, el de la historia era " Yo".
Comentario al articulo: Por qué no bañarse. De: Daniel PardoURL: http://comunidad.soho.com.co/t5/HISTORIAS/Por-qu%C3%A9-no-ba%C3%B1arse/bc-p/2851#M42