Zorros

Por Jamesnava123

Sólo unos pocos animales son capaces de adaptarse a los diferentes hábitats del mundo y sobrevivir en todos. El zorro es uno de ellos, un auténtico prodigio de la naturaleza y la biología, con una astucia innata y unas cualidades que lo convierten en uno de los mamíferos más extraordinarios. El zorro está actualmente representado por unas 27 especies presentes en casi todos los continentes, si bien la más extendida es el zorro rojo o zorro común (Vulpes vulpes), que habita en Europa y América del Norte. Otras especies importantes son el zorro polar, también conocido como zorro ártico, el zorro gris y el zorro isleño.
En Norteamérica, en concreto, existen cinco especies, con categorías y hábitats definidos. Su adaptabilidad le ha permitido resistir bastante bien el acoso humano y es uno de los animales más exitosos a la hora de expandirse, aunque también ha visto mermados muchos de sus ecosistemas tradicionales. La mayoría de los zorros viven entre dos y tres años, aunque pueden llegar a alcanzar los diez años, o incluso sobrepasar esa edad en cautividad. Son generalmente más pequeños que otros miembros de la familia Canidae, como: lobos, chacales y perros domésticos. Las características típicas del zorro incluyen un hocico estrecho y alargado, una cola con abundante pelo, patas cortas, las orejas rectas y triangulares, y el pelaje espeso. Además, tienen un excelente oído y su olfato les permite evitar el peligro y encontrar alimentación con relativa facilidad.
Otras características físicas pueden variar dependiendo de su hábitat. Por ejemplo, el zorro del desierto tiene orejas largas y pelaje corto, mientras que el zorro ártico tiene pequeñas orejas y un pelaje muy denso.

El zorro no es un animal de manada, son solitarios, cazan su presa (especialmente roedores), empleando una técnica de salto practicada desde que son apenas unos cachorros. También se alimentan de saltamontes, fruta y bayas.
Su distribución geográfica abarca todo el hemisferio norte, en Eurasia habita desde la Península Ibérica y el Norte de Marruecos hasta Japón, por el Norte tiene el límite en la zona de los hielos, donde aparece el zorro ártico y por el Sur, en África, el zorro del desierto. En Norteamérica se extiende desde el Norte de México hasta el Ártico. Aunque también habita en Australia, son ejemplares procedentes de una introducción que tuvo lugar a final del S. XIX para intentar combatir la plaga de conejos que sufría el continente, los que a su vez habían sido objeto de una previa reintroducción.
Las distintas variedades de zorros presentan un rasgo común: son muy territorialistas, para lo que utilizan tanto la orina como el marcaje con sus glándulas anales, plantares y caudales.
La capacidad del zorro para incluir cualquier tipo de alimento en su dieta es una de las razones que le permiten adaptarse a una gran diversidad de hábitats. Se puede considerar que es un animal omnívoro que se alimenta de insectos, huevos de ave, pollos, crías de diversos mamíferos, liebres, aves de hasta el tamaño de un ganso, ratones y otros mamíferos pequeños, conejos, bayas y frutos, de los que las uvas son sus favoritos.

El zorro, bueno, en realidad la zorra, tiene una gestación de 52 o 53 días y da a luz camadas de 1 a 8 cachorros de zorreznos, normalmente 4 o 6, que suelen pesar unos 100 gramos y vienen completamente cubiertos de borra. No abren los ojos hasta los 8-12 días, y a las 4 ó 5 semanas salen del cubil. Con 8 semanas ya pesan más de un kilo y presentan un pálido color crema. El destete tiene lugar hacia la novena semana cuando los zorreznos pesan 2-2,5 kgs. A las 7 ó 10 semanas abandonan por completo la madriguera. El cuidado de los cachorros corre a cargo principalmente de la madre (la naturaleza es sabia), aunque a veces el macho u otra hembra pueden intervenir en sus cuidados. La dispersión de los jóvenes zorros tiene lugar a finales de verano o principios de otoño. Los machos se dispersan en todos los casos, mientras que las hembras en ocasiones se quedan en el territorio donde nacieron (filopatria).
Con cinco meses pesan más de 3 kg y alcanzan la madurez sexual a los 9 ó 10 meses, pudiendo reproducirse en la temporada de cría siguiente a su nacimiento. O sea, que no pierden el tiempo.
El territorio de rastreo de un zorro común es, por lo general, de una superficie inferior a los 8 km2, área que defiende de las incursiones de otros zorros. Son animales muy ágiles y veloces, pudiendo alcanzar hasta 48 km/h durante la carrera.
Los zorros no sólo son muy positivos para el equilibrio de los ecosistemas en los que están presentes, sino que además pueden ser muy útiles para propósitos agrícolas. De hecho, han sido empleados para controlar plagas en granjas frutícolas, dejando la fruta intacta.
Los seres humanos son la mayor amenaza para la supervivencia de los zorros y la razón de que algunas especies hayan visto reducidas sus poblaciones de forma alarmante.