1973

Un bostezo vertiginoso sacude las calles
mientras un ejército indolente de cadáveres
recorre esta ciudad malsana y hedionda
Nadie formula las gastadas respuestas
porque las preguntas quedaron huérfanas
los héroes borrachos se masturban
frente a un espejo resquebrajado
—no tienen tiempo para esto—
 en un edificio de Madrid
la libertad y la justicia son torturadas
por nuestro propio bien.
Las aceras tienen hambre y me muestran
de manera obscena sus fauces
Soy el último loco que escribe tu nombre
en paredes derruidas
Grafitti de sangre que grita una nada muda
Recorro un laberinto gastado y sucio
buscando una aurora indigna en la
que depositar mi fe
Mientras los portales mojados me susurran
cuál decrépitas rameras fórmulas olvidadas
lecciones ininteligibles de un pasado baldío
Soy el último loco que escribe tu nombre
bajo la terrible destrucción de un Dios
demasiado familiar y reconocible.
Grafitti de sangre que grita e implora
los últimos vestigios de 1973.