Revista Salud y Bienestar

Aprender a comer

Por Salutis @MariaSalutis
Aprender a comer Comer es un placer. Todas las comidas tienen sus propiedades y nos atraen por diferentes motivos. Pero llegadas estas fechas cercanas a la primavera, no está demás leer algunas recomendaciones.
Las dietas suponen un suplicio y quebrantan muchas veces nuestra fuerza de voluntad. Lo que tiene más valor es aprender a comer sano sin pasar grandes penalidades y privaciones.
No hay dietas milagrosas con las que en un “pispás” desaparezcan esos kilos que nos sobran. Además no todas las dietas tienen la misma efectividad en todas las personas que la siguen, ello dependerá del ritmo de vida, el metabolismo, la retención de líquidos, el estado hormonal, etc.
Preparar la mente para el cambio de hábitos es el primer paso que debemos tomar, ya que es lo que va a ayudar a nuestro organismo a conseguir el objetivo. Las personas que atraviesen períodos de ansiedad durante el proceso de dieta, deben saber que la sensación de privación es tan mala como el atracón y ese planteamiento restrictivo puede ser un inicio viciado en sí mismo. Por ejemplo, la privación radical de dulces puede afectar a nuestro humor y nuestras relaciones sociales. En este sentido no debemos ser tan estrictos, un trozo de chocolate algún día o durante el fin de semana no va a ser definitivo. El chocolate puede ser uno de los dulces más sanos y un estimulador emocional muy efectivo. La bollería es peor ya que combina los hidratos de carbono con azúcares y grasas.
Lo más importante no es fijarse una meta frente a la báscula, sino alcanzar ese punto en el que os encontréis felices con vosotros mismos. La belleza está en ver un cuerpo o una cara con síntomas de una alimentación saludable y no una persona retraída y amargada por estar “a dieta”. Dieta significa estilo de vida y es eso lo que tenemos que variar, nuestra forma de comer. No vamos a estar a dieta, vamos a aprender a comer.
MIS RECOMENDACIONES
En la fase de aprendizaje seremos conscientes de que es importante beber agua, especialmente entre horas (min. 1,5 L/día), así como practicar un poco de ejercicio. No hay porqué meterse a sudar como un loco en un gimnasio, pero sí evitar un modo de vida sedentario y comenzar a moverse: en vez de coger ascensor subir escaleras, caminar un poco a diario.... Los pasos pequeños y progresivos para cambiar de hábitos son un motor infalible. Es fundamental el consumo de frutas o antes de comer o unas 2 horas después de comer. Si optáis por desayunar zumo, éste tendrá que ser natural. Los zumos envasados tienen una gran cantidad de azúcares, mucho más que las bebidas light. Así que si os apetece tomar un refresco, procurad que éste no lleve azúcares añadidos.
LA EXPERIENCIA
Los primeros días son clave. Se pasa mal, estamos desacostumbrando a nuestro cerebro/cuerpo a comer impulsivamente y hay muchas tentaciones, así que el apoyo de alguien puede ser muy importante para superarlo y sobre todo, para mantenernos en este cambio. Una vez cogido este nuevo hábito (estimado en 3 semanas) nos parecerá mucho más fácil y hasta nos gustará empezar a saborear y saber elegir comida sana.
ADVERTENCIA
Advertimos que para las personas que quieran perder una gran cantidad de kilos es preferible que sean supervisadas por un especialista en nutrición.
Pero ¡recordad!!!, no hay que obsesionarse con el cuerpo, simplemente hay que enseñarle a comer bien. Y no confundir sentimientos de hambre con otros sentimientos que silenciamos con las visitas al frigorífico...
¿Alguna recomendación para aprender a comer mejor? ¿Cuándo proyectas ansiedad frente la comida?

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