Revista Educación

Calle Domingo Pérez Minik

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Calle Domingo Pérez Minik

*. Artículo escrito por Esther Ropón, presidenta del Observatorio Cultural Domingo Pérez Minik, y publicado en el periódico El Día

El pasado viernes, el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife aprobaba por unanimidad la concesión de honores a Domingo Pérez Minik, dramaturgo, ensayista, estudioso y crítico cultural, nacido y realizado profesionalmente en nuestra ciudad capital. Con esta distinción, la calle donde vivió y desarrolló su prolífica trayectoria uno de nuestros escritores más ilustres llevará su nombre a partir de ahora. Culmina así una iniciativa ciudadana impulsada desde el Observatorio Pérez Minik que contó con el apoyo, a través de sus firmas, de una amplia representación ciudadana, instituciones culturales y sociales, así como de personalidades del mundo de las letras, las artes y la música, tanto de ámbito regional como internacional.

En estos tiempos tan convulsos, donde impera el enfrentamiento y la polarización, cuando triunfan los que gritan más alto y agitan el revuelo verbal en redes sociales, que excluyen todo intento de reflexión o debate, la población agradece el consenso político y social que ha traído la figura de Pérez Minik a esta ciudad. Su legado representa el mejor modelo de convivencia y concordia, de coherencia y sentido crítico que merece ser recordado y ser ejemplar para generaciones presentes y futuras.

Don Domingo ha sido inspiración para este grupo de personas que iniciamos la propuesta de honrarle con una calle. Cuando en abril del pasado año, en medio del peor momento de la crisis sanitaria, nos propusimos fundar un Observatorio Cultural con el objetivo de generar reflexión y debate para ser un punto de encuentro en el ámbito social y cultural, tuvimos claro que llevaría su nombre. Somos artistas, escritores, creadores y amantes de la cultura y las artes que nos embarcamos en este proyecto intergeneracional, unidos por la admiración a su figura. Una luz que nos guía.

Las ciudades pueden ser lugares de paso, pero también espacios de gran arraigo desde donde construir un ideario de vida. Así fue el barrio de Salamanca para Pérez Minik, para Eduardo Westerdahl y Pedro García Cabrera, pero también para la escritora Pilar Lojendio, la pianista y profesora de tantas generaciones de músicos canarios Victoria López Carvajal, el pintor Juan Davó o la soprano Matilde Martín. Arraigo, además, porque en estas calles de Santa Cruz nació también Gaceta de Arte y se organizaron muchas tertulias de Pajaritas de Papel. Iniciativas ciudadanas que alcanzaron la universalidad desde lo local.

Recordemos también que esta ciudad ha tenido a uno de sus mejores embajadores, como vecino de este barrio, al escritor recientemente fallecido, Joan Margarit, Premio Cervantes 2019. Su juventud en Santa Cruz marcó su vida hasta tal punto que aquí escribió su primer poema. En su trayectoria vital y literaria no dejó nunca de recordar a la isla a la que estuvo vinculado desde la adolescencia.

El mejor patrimonio del que disponen las ciudades son sus habitantes. Representan la voz y la vida de estas urbes a menudo impersonales y ajetreadas. Los nombres de sus calles, más allá de elementos simbólicos, representan la memoria viva de los que la habitaron. Y Domingo Pérez Minik será, por fin, la calle que le honre y le recuerde. Atrás quedará ya El Perdón y, ojalá pronto también La Tolerancia, La Prosperidad o Los Sueños, con la esperanza de que sean renombradas con los nombres de aquellas personas que hicieron suyos estos valores en el devenir de sus días, para que la calle del Olvido no se convierta en el presagio de una ciudad desmemoriada con el tiempo.


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