Revista Educación

Cigarrillos de chocolate

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Cigarrillos de chocolate

Ya lo decía el gran poeta Francisco de Quevedo en el siglo XVI: "Poderoso caballero es don dinero", un verso que no ha perdido ni un ápice de su vigencia. Con esta premisa, deberíamos esforzarnos en restarle tanto poder, sobre todo en aquellos asuntos que giran en torno a la salud o la educación, por ejemplo. Sin embargo, nos empeñamos en caminar hacia atrás como los cangrejos. Si son de la generación X como yo, se acordarán que las personas pequeñas adorábamos en los años ochenta y noventa los cigarrillos de chocolate. Sí, sí. Cigarrillos. En cajas que parecían de tabaco, y que abríamos para imitar a las personas mayores, con las mismas poses que usaban para fumar. La lógica y el buen seso llevó a que la Ley Antitabaco la prohibiera en 2005, pero ahora, casi dos décadas después, nos enfrentamos a vapeadores electrónicos que se regalan a los más pequeños. Ahí está de nuevo el poderoso caballero buscando nichos para hacer caja. Como cuando sitúan los bingos en los barrios más pobres, ahora hay bazares que venden vapeadores de colores cerca de colegios e institutos. Todo por la pasta. De la salud si eso ya hablamos en otro momento.

Cigarrillos de chocolate


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